Podemos deplorar la imposición de un fariseísmo, de una forma de pensar que aniquila la pluralidad de opiniones y las mil formas de ver el mundo. Esta realidad contrasta con las posibilidades que ofrece la modernidad. Internet permite volver al paganismo, aunque tengamos la impresión de que la globalización y su discurso uniformizador nos convierten en clones.
La pluralidad de mitos equivale a la pluralidad de grupos
¿Por qué los monoteísmos lucharon contra las religiones paganas, fue porque su modelo era el único que proporcionaba un discurso de verdad? Obviamente no. Contra lo que luchaban los monoteísmos era contra los mitos que competían, contra las diferentes narrativas que sólo podían socavar su poder.
El papel del mito fundador
Un mito no tiene otra función que la de crear un grupo humano coherente. Todos los mitos son intrínsecamente falsos en el sentido de que no pretenden describir un acontecimiento con exactitud (Remus no bebió de la ubre de la loba, al igual que el agua del Mar Rojo probablemente no se abrió en la realidad para dejar pasar a Moisés y su pueblo). La historia crea un vínculo y, en última instancia, cuanto más inverosímil sea la historia, más unidas estarán las personas que creen en ella. Los que creen en la esfericidad del planeta Tierra no tienen un sentimiento de pertenencia a un grupo determinado. La evidencia científica no crea suficientes posibilidades de vinculación que no sea la de pertenecer al campo de lo razonable y, sin embargo, ser superior a todos aquellos que no se adhieren al propio principio del enfoque científico. Por el contrario, la situación es muy diferente para los platistas. Se burlan de ellos, los acosan y los ridiculizan. Esta experiencia de rechazo es la base misma de la consolidación del grupo al que pertenecen. Lo mismo ocurre con todos los demás mitos; la veracidad puede ser un obstáculo para la construcción de un sentimiento de pertenencia. Para que haya un vínculo, debe haber una posibilidad de duda; es de la creencia que nace la posibilidad de la unión. Los creyentes se definen como tales, no son eruditos ni conocedores: creen en Dios y no dicen que lo conocen.
Internet o el retorno del paganismo
En esta misma lógica, puesto que la estandarización de las culturas es un nuevo totalitarismo, los humanos de hoy sienten la necesidad de recrear vínculos y, al mismo tiempo, de recrear mitos.
No hay noticias falsas, sólo mitos reales
Es a través de este deseo de crear vínculos que surgen los fenómenos conspirativos, los mismos que cristalizan en torno a la adhesión a las fake news. Recordemos que la televisión fue nada más y nada menos que el nuevo tabernáculo en su llegada. Donde antes los sacerdotes recitaban los Evangelios, la televisión se ha encargado de propagar la verdad oficial. Al controlar las narrativas, se controlan las lealtades.
El problema, en última instancia, es que Internet ha sido una caja de Pandora sin que la gente se diera cuenta. La posibilidad de multiplicar los relatos es infinita. Las fake news son nada más y nada menos que la materialización de estos nuevos mitos destinados a crear nuevos grupos con lealtades desviadas. Es sobre todo por esto por lo que se combaten, no es la preocupación por la verdad lo que está fundamentalmente en su origen. De hecho, la propia selectividad de la información crea una distorsión de la percepción de la verdad.
La necesidad del tribalismo está siempre presente
El hombre está hecho para mantener vínculos con un grupo limitado de individuos, concretamente 150 de media (el número de Dunbar). Por eso no se adapta a los grandes grupos políticos y sociales conocidos como Estados. Es imposible tener vínculos profundos con millones de conciudadanos. Los valores familiares se están erosionando, y con ellos la posibilidad de crear un vínculo tribal inmediato. La gente vive aislada como nunca antes. Esto no significa que no necesiten pertenecer a una tribu. Es la tribu que nos ha sostenido como homo sapiens durante varios cientos de miles de años y más si nos remontamos a nuestros lejanos ancestros homínidos. El impulso tribal está profundamente arraigado en nuestro ADN y tardará en desaparecer. Por eso es normal querer buscar una tribu en la red aunque vivamos solos y recluidos en nuestro piso.
El nuevo paganismo es sólo una nueva manifestación del tribalismo
El término pagano es peyorativo, viene del latín y significa campesino, probablemente en oposición a los habitantes de la ciudad. Se debe entender aquí como incivilizado porque se supone que los romanos trajeron la civilización a las poblaciones que vivían en comunión con la naturaleza. La palabra civil (que dio origen a la civilización) debe compararse con el latín “civis” que significa “ciudadano”. Esto significa “compatriotas” frente a “extranjeros”, “civilizados” frente a “bárbaros”. De ahí la importancia de la asimilación a la civilización, que permite convertir a estos extranjeros en miembros de nuestro grupo, siempre que renuncien a sus ritos y mitos. La fuerza del significado etimológico se encuentra en otros lugares, como en la palabra provincia en contraposición a capital. Provincia viene del verbo “conquistar”, y se refiere esencialmente a los territorios conquistados por la capital. Se trata de un término romano que fue retomado en Francia, donde el centralismo parisino era tan frecuente.