No decidir ya es decidir
Si te cuesta decidirte y puedes aplazar la toma de una decisión, es mejor que esperes para tener la mente más clara. A menudo nos cuesta decidirnos porque nos invaden emociones fuertes que nublan nuestro juicio, un poco como el barro movedizo que enturbia el agua del río. Para tomar la decisión correcta, necesitas calmar tus pensamientos.
Reduce la velocidad: aplica la regla del 25%.
Cuando ralentizas los movimientos de tu cuerpo, tus dedos, tu respiración, tus ojos, tu cabeza, tu boca al hablar, creas relajación. Un cuerpo relajado conduce a una mente relajada. Una mente relajada es más lúcida y capaz de sentir las cosas con más claridad. Cuando tu cuerpo se ralentiza, le das a todo tu ser la oportunidad de comunicarse con tu cerebro – esto es lo que comúnmente se conoce como intuición.
Si consigues bajar el ritmo, aunque sólo sea durante 10 o 15 minutos, podrás aprovechar un tesoro de sabiduría, tu cuerpo te hablará literalmente y tu mente se callará por un momento para escuchar lo que tienes que decir. El problema del estrés es que hace que la mente se obsesione con muchas cosas y se distraiga fácilmente. La sobrecarga mental que se crea refuerza una actividad frenética que es especialmente inadecuada para el trabajo en profundidad. El estrés puede reducirse limitando el número de pensamientos que pasan por la mente al mismo tiempo. Al reducir la velocidad, tu mente se concentrará en el propio acto de reducir la velocidad, lo que tendrá el efecto de eliminar todos los demás pensamientos parásitos. En general, si consigues reducir la velocidad en un 25% de tu velocidad habitual, lograrás producir un efecto notable.
Pon un poco de wu wei en tu vida
Gran parte de lo que hacemos es inconsciente. Somos un cuerpo proyectado en el espacio cuya trayectoria se conoce de antemano. Sólo reaccionamos a lo que nos rodea, como el meteoro que es atraído por la gravitación de objetos estelares mucho mayores que él. El problema es que con demasiada frecuencia intentamos resistirnos al flujo de la vida, pensando que todo está bajo nuestro control. Y no es así. Tenemos cierto grado de control, pero en realidad, muchas de las cosas que experimentamos o hacemos son simplemente el resultado de acciones que hemos realizado antes. Somos una prolongación de nosotros mismos, de nuestras vidas pasadas, ahora ignoradas, y de las miles de condiciones a las que hemos estado sometidos, empezando por las inducidas por la infancia. Vivir según wu wei significa, en cierto modo, surfear las olas de la existencia, no luchar contra lo que no controlamos (la ola), sino acompañar las fuerzas que observamos y darles otra forma. Wu wei significa no concentrarse en lo que podemos controlar e intentar utilizar las fuerzas presentes lo mejor que podamos. Al hacerlo, dejamos de intentar tomar una decisión a toda costa y, en su lugar, desarrollamos nuestra paciencia.
La paciencia de esperar la intuición
Tienes intuición, pero a menudo la dejas en silencio porque tu mente está muy ocupada. La principal ventaja de dejarte llevar es que te resultará más fácil escuchar a tu intuición. Tu intuición es cuando tu vientre intenta comunicarse con tu cerebro. El vientre es una especie de segundo cerebro que centraliza miles de informaciones que le envía el cuerpo, e incluso hay comunicación a la inversa: el cerebro envía las preocupaciones que tiene al cuerpo, que las analiza y formula una respuesta. El estómago es más lento que el cerebro, pero analiza más profundamente. Funciona por una especie de decantación gradual: las molestias se procesan una tras otra y luego da su veredicto. Por eso hay que aprender a ser paciente y aceptar que no se sabe qué decisión tomar. La indecisión no es necesariamente algo malo, sólo es a veces una señal de que necesitas darle tiempo a tu intuición para formular una respuesta.
Actuando reunirás información
Wu wei no significa estar paralizado, bloqueado o inactivo. Al contrario, significa seguir activo y seguir recopilando información valiosa a través de tus acciones. No tienes que decidir, pero eso no significa que no debas hacer nada.
En pocas palabras:
Cuando tienes dudas sobre la decisión que debes tomar, tienes varias opciones:
– Puedes simplemente no decidir de inmediato
– Puedes decidir ralentizar los movimientos de tu cuerpo y tu respiración para poner fin a la agitación que puede apoderarse de tu mente
– Puedes decidir confiar en tu intuición actuando con paciencia y esperando a que venga a ti y te hable.
