Esta idea no es mía, viene de un YouTuber que publica vídeos críticos sobre temas de actualidad: enlace
Nos hemos criado y educado en culturas que valoran la cuestión de conocerse. No es así en todas partes. En Japón está muy mal visto hacer preguntas a cada paso. La gente cultiva cierta modestia y se abstiene de hacer preguntas.
Si buscas profundidad en tus relaciones, no hagas más preguntas
Las preguntas tienden a convertir las conversaciones en triviales y superficiales. No hacer preguntas le permite mantener un intercambio más fluido y casi poético con sus interlocutores. Es cuestión de práctica, pero al final no es tan difícil. Cuando te abstienes por completo de hacer preguntas en una conversación, reintroduces la magia y un poco de misterio.
La pregunta es muy agresiva
Hacer una pregunta es pedir algo que alguien no necesariamente quiere darnos. Es una extorsión, un atraco, por eso al final es bastante incómodo hacer preguntas. No queremos desnudarnos, revelarnos la mayoría de las veces, todo el mundo quiere proteger su jardín secreto. Hacer una pregunta es entrar en este jardín con una excavadora, por así decirlo.
Siempre puedes tener respuestas sin hacer preguntas
Nunca estás obligado a ser directo a menos que seas un investigador, en cuyo caso, ese es tu trabajo, no se te puede culpar. Si quieres saber el nombre de alguien, basta con que te presentes; la otra persona, si es educada, hará lo mismo. Si quieres saber cuál es su trabajo, puedes decirle cuál es el tuyo, y así sucesivamente.
Haga suya su cultura
Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, donde las culturas y las costumbres se entrelazan cada vez más entre sí. La idea de que uno debe estar ligado a las costumbres y tradiciones particulares de la cultura en la que nace una persona ya no es válida. Hoy en día, es perfectamente razonable que un individuo rechace ciertas prácticas y costumbres de su país natal para crear una cultura más personal que esté mejor alineada con sus valores y creencias.
Viajar y conocer gente de diferentes culturas puede ser particularmente útil en este proceso. Al hablar con personas de diferentes orígenes, uno puede obtener información valiosa sobre cómo ciertos aspectos de la vida se transmiten en diferentes partes del mundo. Esto puede dar lugar a nuevas ideas sobre cómo reformular los propios valores y costumbres en una especie de “cultura remezclada” que está más estrechamente alineada con las propias creencias.
Además de viajar, la lectura es otra gran herramienta para adquirir una mejor comprensión de las culturas dispares. La literatura es una herramienta maravillosa para ver el mundo a través de los ojos de los demás y, por lo tanto, desarrollar una mayor apreciación de los valores y costumbres de las culturas que representan. Al comprometerse con la literatura de diferentes naciones, uno puede adquirir un mejor sentido de las diferencias, tanto matizadas como obvias.
En última instancia, al reflexionar sobre la propia cultura y costumbres en comparación con la de otras culturas y naciones, es posible crear una cultura única y distinta que refleje más los propios valores y creencias. Este proceso de recontextualización y remodelación de las costumbres existentes puede ser increíblemente liberador y empoderador. Al final, depende de cada persona decidir qué aspectos de su cultura les gustaría conservar y aquellos con los que les gustaría separarse. Al viajar, hablar con la gente y leer, uno puede darse una mayor perspectiva sobre su propia cultura y así comenzar a crear una versión nueva y mejorada que esté mejor en línea con sus estándares morales y éticos.