La cultura de la anulación es fuerte hoy en día. Todos vivimos con una espada de Damocles pendiendo sobre nuestras cabezas: quizá un día lo que hemos dicho o hecho en nuestra vida sea repudiado y criticado por quienes nos siguen. ¿Significa esto que tenemos que vivir con miedo para escapar a una futura reivindicación popular?
La cultura de la anulación sirve para cazar a los representantes de una época pasada y de un orden antiguo (patriarcado, etc.). El que tiene el poder es el que escribe la narrativa dominante. La cultura de la anulación es una preparación para la toma del poder. Si se preparan las mentes, se preparan las papeletas.
Ser resistente frente a la cultura de la anulación
Esencialmente, lo que te hundirá en el futuro es actuar de forma injusta o inmoral, aparte de estos dos casos las personas que intentarán anularte lo harán por motivos políticos y cotillearán injustamente sobre ti.
Para ser resistentes y garantizar que nuestro nombre no se mancille en el futuro, debemos actuar de forma irreprochable.
Cultivar la justicia y la ética
¿Come carne? ¿Es una elección consciente o simplemente un producto de su tiempo?
De lo que se le acusará, y con razón, es de no hacer las preguntas adecuadas y de ser simplemente un pionero atrapado en los tiempos que corren. En sí mismo, es difícil escapar a los condicionamientos de nuestra generación, pero ésta es la exigencia ética a la que todos debemos someternos. ¿Somos morales porque tememos a la ley o porque somos sinceramente conscientes del mal que podemos hacer?
No seas ese esclavo atrapado en la época de la esclavitud
Si quieres sobrevivir a través de los tiempos, debes emanciparte de tu época y cuestionarlo todo. Es muy difícil ver la injusticia de la que disfrutamos. Sin embargo, es la única manera de conectar con las generaciones futuras.
¿Cómo sabes si vives con justicia y virtud?
Vivir rectamente es una búsqueda que es fundamental para nuestro carácter moral. Es un esfuerzo que muchos de nosotros aspiramos a perseguir, uno que puede hacerse concretamente real a través de la acción y el comportamiento. Tenemos la capacidad de saber la diferencia entre el bien y el mal, el poder de tomar decisiones informadas y la capacidad de darnos cuenta cuando algo es ético o no.
Cuando elegimos vivir una vida de rectitud, implica cultivar cualidades como la honestidad, la integridad y la confiabilidad. Al cultivar tales rasgos, estamos ayudando a garantizar que las elecciones y decisiones que tomamos en el presente nos beneficien a nosotros y a todos los que nos rodean en el futuro. Establecer un marco moral no solo nos ayuda a reflexionar sobre nuestras propias acciones, sino que también nos permite acceder a nuestra sabiduría interior para hacer juicios equilibrados que sean compasivos y justos.
Al examinar una situación ética, puede ser útil comenzar examinándonos a nosotros mismos. Debemos hacernos preguntas como: ¿esta acción es correcta o incorrecta? ¿Está esta decisión en línea con mis valores? ¿Esto se alinea con mi código moral? Es crucial que nos permitamos explorar estas cuestiones importantes y evaluar críticamente la situación para llegar a la mejor conclusión.
Además de mirar hacia adentro, aquellos de nosotros que deseamos vivir rectamente también debemos estar comprometidos con el mundo que nos rodea. Es importante mantenerse informado sobre las noticias y los problemas actuales para que podamos identificar los dilemas morales apremiantes y cómo abordarlos en nuestra sociedad. Deberíamos estar dispuestos a participar en un discurso civilizado con nuestros compañeros sobre nuestras diferentes posiciones morales y los valores y creencias que los informan.
En última instancia, vivir rectamente debe ser visto como un viaje continuo que cada individuo emprende. Es un proceso en el que continuamente reflexionamos, aprendemos y crecemos, un ejercicio que requiere que estemos abiertos a nuevas perspectivas y consideremos nuestras propias creencias. Nunca podemos decir que hemos llegado completamente a un punto en el que nuestras decisiones éticas son consistentemente correctas, pero si nos esforzamos por aprender más, cuestionar profundamente y permanecer dedicados a la búsqueda de la verdad, entonces podemos estar seguros de que nuestros caminos se guiarán por lo que es más justo y correcto.