Hay momentos alegres que tratamos de memorizar, y los momentos tristes que ponen sus rasguños en la cara de nuestras vidas, y poco a poco estos recuerdos hacen un cuerpo imaginario que sostiene nuestra identidad como ser humano. Este cuerpo muestra nuestras fronteras al interactuar con otros cuerpos, y nos da identidad y sentido de la existencia.
¿Es importante mantener ese cuerpo en la dinámica que tenemos con los demás en la vida? ¿Debemos seguir navegando por la vida mientras nos limitamos en este contenedor de identidad? ¿Podríamos existir más allá de estas fronteras?
Imagina que eres el conductor de una moto. Haces maniobras entre los coches e incluso la gente en la calle mientras te acostumbras al tamaño de tu moto. Sería fácil tal maniobra y podrías hacer reacciones ágiles al mundo exterior siempre que sea necesario. Ahora imagina que eres el conductor de un gran autobús. Estás acostumbrado a conducir el gran autobús todos los días, teniendo cuidado de no golpear a otros coches y personas en la calle mientras tienes que hacer los giros especialmente en las curvas cerradas. Eso parece ser mucho más difícil de navegar en una vida dinámica si llevas una gran identidad y como consecuencia puedes tener más accidentes con el mundo exterior.
Lo más sorprendente es que puedes perder viejas identidades cuando pierdes a tus seres queridos o experimentas un cambio real en tus creencias o en la sociedad en la que vives. Parece como si perdieras una parte de tu cuerpo identitario mientras sigues manteniendo los viejos recuerdos del pasado con mucha fuerza. Todavía estarías intentando no pisar el pie de alguien por el pie imaginario que tienes. También es posible que sientas picor en los dedos de la pierna cortada, mientras tus sentidos se evocan por las colisiones circundantes.
Mirar de cerca las partes perdidas y tocar los nuevos bordes más tiempo podría ayudar a reaprender el nuevo cuerpo. Sin embargo, tratar de no identificarse con los acontecimientos y pasar por la vida mientras se toman las peras y no todas las cáscaras parece ser un mejor paso a dar. No te sentirás frustrado por llevar sacos de conchas de ostras con la esperanza de que puedan tener perlas en su interior.
Esta es la razón por la que muchos eruditos y sabios nos aconsejan llevar el equipaje más ligero en la vida. Cuanto más ligero sea nuestro cuerpo de identidad, más rápida será nuestra velocidad de excelencia y menor será nuestro dolor ante la vida.