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¿Cómo pueden los 10 yamas del hinduismo ayudarte a mejorar tu vida?

Entender el camino hacia la liberación a través de la virtud como se propone en el hinduismo

El hinduismo es una tradición espiritual que suele ser malentendida por la mayoría de los occidentales. Cada persona forma más o menos una representación caricaturesca de ella por ignorancia o condescendencia. Veamos cómo el hinduismo aboga por valores exigentes que pueden servir de inspiración en tu propia vida. Enfoquémonos en el concepto de yama. Esto significa “entrenamiento” o “control”. La perfección espiritual implica el autocontrol, así como montar a caballo implica controlar al caballo. El jinete representa la razón, el discernimiento y la sabiduría, mientras que el caballo se refiere al cuerpo, las pasiones, las ilusiones y el desvío del camino correcto.

Para progresar espiritualmente, uno debe dominar 10 yamas. Al hacerlo, preservarás tu energía, que luego puedes redirigir hacia el estudio de textos religiosos, la oración, la meditación o el servicio desinteresado.

Vale la pena señalar que todos estos yamas se presentan en el libro: Śāṇḍilya Upanishad, uno de los textos fundacionales del hinduismo.

Ahiṃsā (अहिंसा): No violencia

Por cierto, el jainismo ha influido en el hinduismo, por lo que se encuentran conceptos jainistas en el hinduismo. La no violencia es un pilar importante de la creencia hindú. Refleja un alto nivel de conciencia. La violencia toma tres formas: pensamiento, palabra y acción. La idea es eliminar la violencia en todos los niveles para que el amor y la bondad irradien. Según el Dharma (el conocimiento de la sabiduría), todos somos parte de un mismo todo. Lo divino está encarnado en todos, incluso en las personas más innobles. Por lo tanto, albergar odio sería ignorar este principio. Dado que todos somos parte del mismo todo, debemos rechazar el odio, que es una manifestación de ignorancia de este principio. Las personas que se comportan de manera indigna lo hacen por ignorancia; sus acciones pueden mancharlas, pero su esencia sigue siendo la misma, poseen el atma (“alma”).

Estamos de acuerdo, este requisito espiritual es muy difícil de observar de manera absoluta.

Satya (सत्य): Honestidad, sinceridad (no mentir)

No puede haber búsqueda de verdad sin una investigación sincera y honesta. Las abejas son atraídas por el perfume, no por la sal. La espiritualidad tiene como objetivo llevarnos hacia la iluminación, que es el grado más alto de conocimiento. No podemos aspirar a la elevación utilizando medios deshonrosos. Por eso Satya es uno de los Yamas del hinduismo. La naturaleza humana puede ser naturalmente tentada por la mentira, el ocultamiento y la duplicidad. De hecho, mentir puede permitirnos obtener beneficios materiales a corto plazo. Así, si deseas vender algo, es posible que te tientes a mentir sobre su verdadera naturaleza o al menos a ocultar sus defectos. Todo esto para obtener un beneficio. Mentir inevitablemente perjudica a otros. La ganancia material que obtienes se hace a expensas de tu integridad y prestigio. Lo que ganas materialmente, lo pierdes moralmente (los hindúes dirían “kármicamente”). Toda espiritualidad tiene como objetivo hacer crecer nuestra dimensión invisible, intangible y permanente. Por supuesto, la espiritualidad no está en contra de la prosperidad y la riqueza material, siempre y cuando estas no se adquieran a expensas de nuestra nobleza. Jesús también lo dijo a su manera: “Devuelve a César lo que es de César”. Hay el reino de los hombres y hay el reino de Dios. Aquellos que son reyes en este mundo tal vez sean mendigos en el más allá, y viceversa. Además, no hay necesidad de preocuparse por no realizar proyectos materiales siempre que hayamos conservado nuestra integridad y nobleza. Lo que más importa es la vida futura, el alma. A diferencia del cristianismo, el hinduismo adhiere a la idea de la transmigración de las almas, es decir, la reencarnación. En sí mismo, esto no es una gran diferencia en el sentido de que en ambos casos hay una forma de justicia divina que recompensará a las almas más puras por sus esfuerzos en la tierra.

Para resumir: la honestidad es un pilar esencial de cualquier búsqueda de verdad o progreso. Cuando nos abstenemos de mentir, hacemos posible la distinción entre verdad y mentira.

Asteya (अस्तेय): No robar

Las prohibiciones presentadas hasta ahora probablemente te resulten familiares, ya que recuerdan los Diez Mandamientos bíblicos (no matarás, etc.). Este tercer punto no es una excepción a la regla ya que es la prohibición del robo. El robo es contrario a cualquier sociedad basada en el trabajo. El robo no puede dirigirse contra miembros del mismo grupo porque esto cuestionaría la integridad de la comunidad. El no robo, más allá de su dimensión sociológica, tiene un carácter profundamente espiritual. Robar es negarse a hacer un esfuerzo para apropiarse de algo. Es querer tomar atajos. Esta mentalidad es espiritualmente perjudicial. No hay atajos cuando se trata de transformación interior: te conviertes en lo que te sacrificas. El no robo enseña el valor de las cosas, comenzando por el trabajo. La espiritualidad es el consentimiento a un esfuerzo interior para mejorar nuestro bienestar y felicidad. Robar es un acto violento, es la espoliación del trabajo de los demás. Es una forma de esclavizar a otros, es la apropiación de lo que no se merece, es una usurpación, es fundamentalmente una mala acción. El hinduismo aboga por la buena acción (literalmente, el buen karma).

Brahmacharya (ब्रह्मचर्य): Castidad, fidelidad conyugal o control sexual

El progreso interior requiere mucho esfuerzo, es una lucha en todo momento. Si tienes malos hábitos sexuales, te faltará la energía necesaria para realizar este trabajo. La sexualidad es la actividad que más energía consume simplemente porque su objetivo principal es dar vida. Al segregar tu semilla, das tu tesoro, una copia genética de ti mismo. Esto requiere mucha energía producir este precioso líquido. Por eso, la base de toda resolución espiritual es el control de tu energía. Sin energía, no hay esfuerzo, no hay progreso. Más allá de la dimensión energética, hay una dimensión de compromiso. Cuando te comprometes en el camino espiritual, debes entregarte por completo. Esto también es cierto para el compromiso matrimonial.

Aparigraha (अपरिग्रहः): No avaricia, no posesividad

La vida espiritual es el reflejo de una conciencia de ser más que de la materia. Sin embargo, el apego a los objetos es sintomáticamente lo opuesto. La generosidad es el signo de la importancia dada a lo que no es tangible. Dar algo no es solo un flujo material, también es la manifestación de que el otro es importante y que nuestra relación con él vale más que el objeto que ofrecemos. Esta idea se relaciona con las ofrendas realizadas en todas las antiguas tradiciones religiosas. Ya sea un líquido (la libación), comida, incienso o simplemente fuego, la ofrenda tenía un carácter solemnemente importante. Ofrecíamos lo mejor que teníamos porque queríamos complacer a lo divino. La no avaricia procede de la misma manera, ofrecemos algo, perdemos materialmente para ganar espiritual o moralmente. El sacrificio es una buena metáfora: lo que perdemos en un lugar, lo recuperamos en otro.

Kṣamā (क्षमा): Paciencia y perdón

Hegel dijo que nada grande en el mundo se ha logrado sin pasión, yo también añadiría “sin paciencia”. La paciencia es lo que permite crear efectos acumulados a nuestros esfuerzos. Es lo que hace posible el logro de ciertas cosas. ¿Estaría satisfecho un agricultor sin paciencia? No, porque querría acelerar el crecimiento de las plantas, pero no tiene control sobre eso, solo puede actuar sobre ciertas condiciones que permiten que las plantas crezcan (riego, nutrientes, etc.). La paciencia refleja una confianza, la de que algo está en marcha que está fuera de nuestro control. La paciencia es bastante cercana a la creencia o fe. Alguien que carece de paciencia dudaría de alguna manera de la existencia o justicia de Dios. Saber esperar es hacer un esfuerzo, es poner aceite en las relaciones humanas. El mundo sería infernal si la gente careciera de paciencia, no podríamos entendernos, estaríamos obsesionados con nosotros mismos. El perdón también participa en este fenómeno. Es el reflejo de un alma pura. Solo las personas dominadas por la ira y el odio son incapaces de sentir el deseo de perdonar. El perdón es el signo de una alta calidad de corazón.

Dhrti (धृति): fortaleza, perseverancia con el fin de alcanzar un objetivo

El mundo pertenece a los perseverantes. No hay nada grande que se haya logrado sin perseverancia. Lo mismo ocurre con el progreso espiritual, que es un camino lleno de obstáculos. Cuando emprendemos una transformación interior, encontramos muchos obstáculos. Estos están ahí para hacernos progresar. Un avión gana altura gracias al aire que se interpone en su camino. Por lo tanto, debemos aceptar la dificultad como una invitación a ser una mejor persona. Cualquier logro significativo lleva tiempo, por lo que es más que necesario combinar paciencia y esfuerzo constante para tener éxito. Dado que la búsqueda de la sabiduría espiritual es un proyecto interminable, la fortaleza debe ser un aliado en todo momento.

Dayā (दया): Compasión

La compasión consiste en sentir lo que siente el otro. Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. La religión tiene como objetivo hacer crecer nuestras cualidades de corazón. La compasión es una de las manifestaciones de la nobleza del corazón, por lo que es un indicador de nuestro progreso espiritual. Alguien con un corazón cerrado habría dejado de hacerlo crecer, ya no sería capaz de sentir compasión. La compasión es importante porque es un signo de nuestro progreso. Para conectarse con las personas, uno puede recurrir a su inteligencia y razón, pero nada reemplaza un corazón amoroso y compasivo en esta tarea.

Ārjava (आर्जव): No hipocresía, sinceridad

Este es un punto que se asemeja a no mentir, sin embargo, es ligeramente diferente. Mentir es algo que se manifiesta hacia los demás, mientras que la hipocresía es la naturaleza de una personalidad. Un hipócrita mantiene la incomodidad consigo mismo, se miente a sí mismo. La sinceridad consiste en asumir claramente lo que uno siente y piensa, es una cualidad esencial para la mejora. Si no señalamos lo que está mal, no podemos corregirlo.

Mitāhāra (मिताहार): Una dieta medida

El consumo excesivo de alimentos o bebidas crea adormecimiento de la mente y, en consecuencia, falta de discernimiento. Para alcanzar alturas en la espiritualidad, no se debe descuidar ninguna dimensión del ser. El cuerpo, la mente y el corazón tienen un impacto en el alma. Para que el cuerpo no sea una carga para el alma, se debe mantener cierta frugalidad. Cuando llenamos demasiado nuestro vientre, no dejamos espacio para que se desarrollen las cualidades del corazón. También es a través de la frugalidad que podemos desarrollar nuestra generosidad. Si somos incapaces de contenernos, no podemos ahorrar. Sin ahorro, no hay excedente, sin excedente, no hay posibilidad de ser generoso.

Para resumir:

Los yamas son los 10 pilares de la tradición hindú. Sirven como marco para una vida disciplinada orientada hacia la búsqueda de la sabiduría. Aunque es difícil aplicarlos todos perfectamente, podrías inspirarte en estos conceptos. Por ejemplo, podrías crear hábitos para cada uno de estos pilares pero concentrarte en uno a la vez y ver si eso mejora tu vida.

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