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Las 3 dimensiones del desarrollo del judo

El judo nos permite desarrollar varias dimensiones de nuestro ser. Veamos cuáles son.

El carácter

El objetivo del judo es mejorar el carácter del practicante mediante la asimilación de un cierto número de valores. Si el ju jitsu del que emana era exclusivamente un arte de combate para defenderse y vencer al adversario, el judo, por el contrario, tiene una dimensión más moral. No se trata de matar al enemigo de la manera más eficaz, como hacían los samuráis con el ju jitsu, sino de matar al ser vulgar que llevamos dentro. El propio judo es una escuela de carácter noble. Esto dura toda la vida. No hay límite de tiempo para el aprendizaje cuando se busca la perfección moral. Por supuesto, la dimensión ética no es la que está más implícita cuando se empieza, pero es hacia la que se avanza con el paso de los años. Hay diferentes maneras de asimilar los valores morales del judo a través de la práctica de este deporte. En primer lugar, la disciplina del judo pone en marcha un proceso de educación. La etiqueta y las costumbres de la práctica requieren una actitud adecuada para el buen desarrollo de las sesiones.

Los valores marciales del judo

Si el judo no es un arte marcial con vocación asesina como lo fue el ju jitsu, no obstante no ha perdido los valores de los lejanos samuráis. ¿Qué son?

Gi : Rectitud y sentido del deber

El judoka debe comportarse con rigor y cumplir su misión con un agudo sentido de la justicia. Esto implica sopesar siempre los pros y los contras, no ser egoísta, ya que esto significaría anteponer los intereses propios a los de los demás y perder así el espíritu de equidad. El sentido del deber requiere la capacidad de distinguir entre acciones buenas y malas. Una persona que actúa con deber deja a un lado su ego para servir a una causa más grande que él mismo.

Yu: Valor

El judo, a través de los esfuerzos que implica y el conflicto necesario que sugiere, permite desarrollar el valor. El valor no es ni más ni menos que actuar con una fuerza -el amor- que permite superar los peligros. El valor se aprende como cualquier cualidad del corazón. Es a través de la repetición de la superación del propio miedo que uno aprende a desarrollar el valor. Funciona como un músculo que crece a medida que encuentra y supera las dificultades.

Jin: Benevolencia y compasión

El valor sin la bondad convierte a una persona en un bruto grueso. La nobleza de corazón requiere que uno sea firme y valiente con los fuertes, magnánimo con los necesitados. La compasión es sentir las emociones de los demás y actuar en consecuencia. Ser benévolo implica cultivar una cierta armonía y amistad con las personas que nos rodean. Para ser eficaz, una espada debe permanecer tranquila en su vaina la mayor parte del tiempo, y lo mismo ocurre con un judoka: su espíritu de lucha se expresa sólo en los raros momentos que lo requieren. El resto del tiempo, debe ser servicial y humilde con la gente.

Rei: Cortesía y respeto

Un judoka es un guante de terciopelo en una mano de hierro. Sus palabras y su actitud indican la calidad de su carácter. En ningún momento debe ser presuntuoso o irrespetuoso con los demás. Esto sería contrario a su código moral, que le exige comportarse con cortesía y gravedad. La cortesía le permite mostrar respeto, así como mantener una cierta distancia que le permita inspirar respeto a cambio.

Makoto: Sinceridad y verdad

El judo es el camino de la flexibilidad (su significado etimológico en japonés), pero también es el camino de la búsqueda de la verdad mediante la armonización del cuerpo con el corazón y la mente. La verdad es una experiencia íntima que puede adoptar la forma de una enseñanza a través de los sentidos y no de la intelectualización. Dado que el judo es ante todo una búsqueda del equilibrio del cuerpo y la mente, implica necesariamente alcanzar un cierto grado de verdad que puede adoptar muchas formas, siendo la sinceridad una de ellas. Es inconcebible vivir la verdad sin expresarse con sinceridad.

Meiyo : Honor

El honor es una cualidad con la que todo niño nace. A través de una forma de corrupción, el niño puede ser llevado a perder este valor. El judo pretende restaurar esta virtud esencial, que funciona como una especie de emanación y encuentra su fuente en la práctica de los principios mencionados.

Chugi o chu: Lealtad

La lealtad es también la consecuencia de todos los valores mencionados anteriormente. Alguien que aprende a mejorarse a sí mismo, a recuperar las cualidades naturales del corazón que había perdido gracias a su sensei (su maestro de artes marciales), sólo puede estar agradecido a él y a su arte. El regalo que uno recibe a través de la práctica del judo sólo puede dar lugar a un espíritu de lealtad para no romper la relación así creada.

Técnica

La técnica es otro aspecto del judo. Un buen judoka será reconocido como tal por su carácter, y luego por la técnica que ha adquirido. Le permite ganar confianza y armonía corporal, y le da la identidad de un judoka: un judoka es alguien que conoce las técnicas del judo. Sin embargo, uno puede llegar a olvidar las técnicas que ha aprendido mientras que se necesita más tiempo para olvidar los valores que se han inculcado.

El físico

Lo físico es la dimensión más superficial de la práctica del judo. Puede corresponder a la resistencia, la fuerza física, la musculatura que se desarrolla. A la larga, todas estas cualidades pueden desaparecer. Son más fáciles de adquirir, pero también de perder. No obstante, es cierto que un principiante se sentirá atraído por lo físico, que es la puerta a la técnica, que le abrirá los ojos al desarrollo de sus valores morales

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