Siempre elige el camino que parece mejor aunque parezca más difícil. El hábito pronto lo hará agradable. Pitágoras
Pitágoras (en griego antiguo: Πυθαγόρας / Puthagóras) es un reformador religioso y filósofo presocrático que se cree que nació alrededor del año 580 a.C. en Samos, una isla en el Mar Egeo al sudeste de la ciudad de Atenas; se registra su muerte alrededor del año 495 a.C., a la edad de 85 años. También habría sido un matemático y científico según una tradición tardía. El nombre de Pitágoras (etimológicamente, Pitágoras: “el anunciado por Pythia”), deriva del anuncio de su nacimiento hecho a su padre durante un viaje a Delfos.
El mejor camino aquí es el más virtuoso, es decir, el que pone la moral por encima de todo. Según Pitágoras, el mejor camino es el que conduce a las esferas más altas de los logros humanos. Para ello, debemos saber discernir en todo momento y elegir siempre el que nos eleva en lugar de otro que nos desvía hacia un objetivo más oscuro. Imagine que la cumbre de una montaña es la meta a alcanzar y que es sinónimo de felicidad y realización. Ciertamente, si se llega a una bifurcación del camino, es mejor elegir el camino que sube que el que baja. El camino de descenso es ciertamente más agradable, pero te aleja de lo que puedes aspirar. Por eso es necesario elegir siempre el camino de subida, aunque sea difícil. Por otro lado, es sólo en la dificultad que uno experimenta su verdadero carácter. Sin dificultad, sólo se puede tener un autoconocimiento incierto. Los juicios nos fortalecen y nos hacen mejores si siempre permanecemos en el camino de la dignidad. Además, Pitágoras nos dice que el hábito del coraje, es decir, de elegir siempre el mejor camino, puede a la larga convertirse en placentero ya que el esfuerzo se asimila y se convierte en una segunda naturaleza.