La crianza de los hijos parece ser una etapa importante en la vida de alguien. Desafortunadamente, no todos son honrados con tal regalo. De hecho, muchas personas se esfuerzan por tener un hijo o simplemente adoptarlo y no tienen éxito en esta empresa.
Entonces, ¿deberían estar tristes por esta incapacidad o tal vez tomarse un tiempo para reflexionar sobre otras formas de “dar a luz”?
No necesariamente. De hecho, hay otros enfoques de la paternidad. En primer lugar, ¿podemos considerar que un padre que abandonó a su hijo es su verdadero padre? Probablemente no.
En realidad hay cuatro maneras de dar a luz a alguien. La primera es física, la segunda es emocional, la tercera es intelectual y la última es espiritual.
Tendemos a reconocer al hijo de alguien por las similitudes de sus rasgos con los de sus padres. ¿Pero qué pasa si podemos hacer una comparación en un nivel más sutil.
¿No dirá que un escritor es capaz de influir en su público que se acerca a él en un nivel intelectual y emocional?
Hoy en día, la influencia es una esencia del papel de los padres. Un padre es un padre por su capacidad de influir en sus hijos. Lo mismo se aplica a cualquier modelo a seguir. Un cantante tiene una influencia superficial en las masas, porque esta influencia es principalmente emocional. Hay una amplia gama de maneras de influir, cuanto más alto es, más sutil se vuelve. Cuando eliges tener un legado, puedes hacerlo con tu sangre, tu mente, tus emociones o tu alma. Así, un sacerdote es célibe porque cree que no necesita tener un hijo ya que su ocupación es ser padre de toda una comunidad. Cuando un monje budista está solo o en una congregación en un templo, puede estar en contacto con sus pares. Sin embargo, el simple hecho de que esté trabajando en la purificación de su mente y su alma puede influir y dar paz a varios kilómetros a su alrededor emanando vibraciones puras*.
*Sources : Effects of Group Practice of the Transcendental Meditation Program on Preventing Violent Crime in Washington, D.C.: Results of the National Demonstration Project, June–July 1993 : https://link.springer.com/article/10.1023/A:1006978911496
