Tener una Idea Contraria
Si quieres estar mejor que el 99% de las personas en un campo, debes tener una convicción contraria a la del resto del mundo. Tienes que creer que algo es cierto mientras la mayoría piensa lo contrario. Por ejemplo, quienes se enriquecieron con el Bitcoin fueron aquellos que, mucho antes que los demás, creyeron que las criptomonedas tenían valor intrínseco. En 2008, al inicio del Bitcoin, pocas personas estaban dispuestas a invertir en monedas virtuales. Solo aquellos que tuvieron esta creencia contraria lograron hacer fortuna.
Tener una creencia contraria te da la ventaja de acumular experiencia y conocimientos antes que el resto, convirtiéndote así en el mejor en ese campo. Aquellos que comenzaron un canal de YouTube en 2012 creyendo que podrían vivir de ello unos años más tarde tenían una idea contraria que terminó siendo cierta. Como resultado, se llevaron la mayor parte de las oportunidades y se convirtieron en YouTubers líderes.
Tener Razón Sobre la Idea Contraria
La segunda condición esencial es tener razón acerca de esa idea contraria. La mayoría a menudo tiene razón, por lo que sostener una creencia contraria es arriesgado, en la mayoría de los casos es incorrecta. Se podría decir que en el 99% de los casos, el 99% de las personas tienen razón. Solo en el 1% de los casos la mayoría está equivocada, y aquí reside la dificultad: identificar esas creencias contrarias y correctas antes que los demás.
No basta con tener una creencia contraria; debe resultar cierta. Podrías decidir creer que la Tierra es plana y basar tu vida en esa idea, pero te toparías rápidamente con la realidad.
Persistir y Realizar la Idea
No basta con tener una idea contraria y tener razón al respecto. También necesitas trabajar arduamente para materializarla. Seguramente has escuchado a alguien decir que tuvo la idea de algo antes de que se pusiera de moda. Tal vez alguien te haya dicho que tuvo la idea de Airbnb o Uber antes de que existieran esas plataformas.
Pero tener ideas no es suficiente: debes traducir esas creencias en acción. Debes arriesgarte a vivir en coherencia con ellas y trabajar para que cobren vida.
Vivir Tus Ideas: Poner Todo en Juego
Para ganar en grande, hay que arriesgar en grande. Si quisieras haber sido millonario con Bitcoin, habrías tenido que vender tu casa en 2009 e invertirlo todo en esa criptomoneda. Por supuesto, al hacer esto, habrías corrido el riesgo de quedarte sin hogar y sin dinero. Ese es el precio de apuntar alto.
Por ejemplo, si escuchas una entrevista de Elon Musk, él te contará que estuvo al borde de la bancarrota varias veces antes de que Tesla lograra el éxito que tiene hoy.
Una Idea Complementaria para Materializar tu Creencia Contraria
Velocidad Micro – Paciencia Macro
Cuando se lanza un negocio, suele obsesionarnos conseguir resultados espectaculares a corto plazo. Nos enfocamos en lo microscópico—micro—(objetivos a corto plazo), en vez de lo macroscópico—macro—(resultados a largo plazo). Sin embargo, lo que más importa es tener éxito en una escala de tiempo suficientemente larga, no solo en los días o semanas inmediatas.
Ajustar Nuestro Enfoque del Tiempo
Para ganar en el juego del emprendimiento, hay que aprender a ser agresivamente paciente: trabajar lo más duro posible para lograr el éxito, mientras se tiene la paciencia de esperar mucho tiempo para obtener resultados significativos.
El Barco y el Rumbo
Un barco que avanza lentamente pero nunca cambia de rumbo llegará siempre a su destino mejor que un barco rápido que cambia constantemente de dirección. La “velocidad macro” es mucho más importante que la “velocidad micro.”
La Importancia de Acumular Fracasos
Un elemento esencial es simplemente comenzar, incluso si eso significa fallar. En emprendimiento, un fracaso es como una cicatriz de guerra—algunos incluso la llaman una medalla. Fortalece tu carácter, te hace más experimentado, y fortalece tu capacidad para persistir.
Si tienes una creencia contraria fuerte, ponla a prueba en la realidad. Cuanto antes fracases, mejor será para ti. Al fracasar temprano, validas (o no) tu idea. La confrontas con la realidad, “endureces tu carácter,” y sales fortalecido para enfrentar los desafíos del emprendimiento.
