El amor, como nivel de conciencia, está sistemáticamente asociado con la no violencia. Sin embargo, abstenerse de la violencia en ciertas situaciones puede significar fallar en el deber del amor.
El coraje viene del corazón
Actuar con amor significa actuar con valentía por definición (el significado etimológico de la palabra “coraje”). Cuando vives en una no violencia constante, debes preguntarte si lo haces por verdadera convicción o simplemente por incapacidad de recurrir a la violencia. La liebre no elige la no violencia ante el león; está obligada a ello. Todo es, por lo tanto, una cuestión de intención y fuerza. Es fácil ser no violento cuando se carece de fuerza. Sin embargo, es mucho más difícil abstenerse de recurrir a la violencia cuando la situación lo permite.
Para ser no violento, primero hay que ser fuerte
Para estar seguro de estar guiado por un amor espiritual, uno debe ser capaz de resistir la facilidad que representa la violencia. Esto significa tener una opción. Y para tener una opción, hay que aprender a ser fuerte. Solo en la fuerza se puede mostrar verdadera clemencia.
Aprender a actuar con amor
Para seguir el camino del amor, hay que cultivar la humildad. Solo en la humildad se mantiene una conexión posible con lo divino. La hibris es, por definición, un desafío hacia lo divino. Cuando alguien tiene demasiada confianza en sí mismo, hasta el punto de desafiar al cosmos, pierde la oportunidad de nutrirse de la energía de Dios.
Conectarse con otras energías
Cuando uno se sumerge demasiado tiempo en el materialismo y en los asuntos mundanos, inevitablemente pierde parte de su magnetismo. Para remediarlo, existen varios métodos. Uno de ellos es recordar constantemente a Dios en el corazón. Mostrar respeto y benevolencia es una señal de que se vive en conformidad con el amor divino.
La violencia como enseñanza
En la mayoría de los casos, no necesitarás recurrir a la violencia. Sin embargo, para proteger tu dignidad o la de los demás, a veces será necesario usar la fuerza. Aquellos que han trabajado espiritualmente en sí mismos serán naturalmente sensibles a la bondad. Otros, en cambio, solo entienden el interés propio y la razón; la mayoría de las personas se encuentran en esta configuración mental. Finalmente, algunas personas, que no han trabajado lo suficiente en sí mismas espiritualmente, a menudo solo responden a la fuerza o la coacción. Lamentablemente, a veces es necesario recurrir a estos medios para protegerse de su maldad. Dicho esto, la violencia debe seguir siendo la excepción y no la norma. La bondad generalmente alcanza a todas las almas, incluso a las más oscuras. Por eso, siempre es bueno actuar con amor cuando sea posible: enriqueces espiritualmente a los demás, aunque no se den cuenta de ello.
