Como sabe, el mundo cambia rápidamente, pero al mismo tiempo son los expertos en su campo los que dominan. Para cultivar la agilidad y la excelencia, hay que cultivar dos verbos: explorar y profundizar.
Explorar demasiado
La sociedad nos empuja a convertirnos en zappers, a quedarnos en la superficie de las cosas. Es un mal rasgo porque nos impide llegar a ser excelentes, nos impide adquirir una habilidad poco común, por ejemplo. Esta tendencia a ir de un tema a otro es una prueba de nuestra incapacidad para concentrarnos.
Profundizar demasiado
El extremo opuesto no es tan malo, pero tiene sus inconvenientes. Es como andar con anteojeras. No ves el cambio que se está produciendo a tu alrededor y puedes quedarte atrapado por no haber levantado la vista en el momento adecuado. Si no nos esforzamos por explorar los cambios que se producen a nuestro alrededor, podemos encontrarnos en un aprieto. De hecho, no se puede decir que se esté profundizando demasiado en un tema, pero sí que se ha entrado obstinadamente en un callejón sin salida.
Encontrar el equilibrio adecuado a todas las edades
El cursor para explorar y profundizar no es el mismo para los de 20 que para los de 50 años. En principio, cuanto mayor te haces, más experto te vuelves en tu campo y más arriesgado es cuestionarlo todo para construir otra habilidad. Por eso hay que ser estratégico y saber adaptar la exploración en función de la edad. Cuando eres joven, tienes el deber de explorar el mayor número posible de áreas, para descubrir cuáles se adaptan mejor a ti. Dicho esto, según el libro de Cal Newport “Tan bueno que no pueden ignorarte”, el disfrute de lo que haces llega con la maestría. En resumen, cuanto mejor te va, más disfrutas con lo que haces. Aun así, debemos ajustar nuestra exploración a lo largo del tiempo.
¿Qué competencias se necesitan para el siglo XXI?
El siglo XXI ha dado paso a un nivel sin precedentes de complejidad y cambio en el entorno económico y social mundial. A medida que el mundo continúa avanzando y la tecnología avanza, cada vez es más evidente que las personas deben poseer y perfeccionar ciertas habilidades para prosperar en las próximas décadas. Este artículo explorará las habilidades necesarias para el siglo XXI y por qué estas habilidades son tan importantes.
En el siglo XXI, los individuos deben tener una mayor capacidad de colaboración y comunicación. A medida que Internet y la tecnología se han convertido en algo común en la vida cotidiana, la capacidad de compartir ideas y colaborar con otros se ha convertido en una habilidad crucial. Además, la capacidad de pensar en la resolución de problemas y de forma creativa es particularmente útil en el entorno empresarial del siglo XXI. Las personas también deben tener una base sólida de comunicación interpersonal, ya que se necesitan habilidades de comunicación claras y efectivas al administrar un equipo o supervisar un proyecto.
Otra habilidad necesaria en este siglo es la capacidad de crear y usar redes de manera efectiva. A medida que el mercado laboral se vuelve cada vez más competitivo, las redes y los contactos de un individuo son invaluables. Construir y nutrir estas conexiones requiere fuertes habilidades interpersonales y una comunicación efectiva.
La alfabetización digital también es imprescindible para las personas en el siglo XXI. Comprender cómo usar el hardware, el software y los sistemas de TI es esencial para muchas trayectorias profesionales, y la competencia en el análisis de datos y la consulta de bases de datos puede abrir oportunidades para roles más avanzados. Además, a medida que las empresas utilizan cada vez más el comercio electrónico, es imprescindible comprender la construcción de sitios web, el marketing digital y otras operaciones basadas en la web.
Finalmente, los individuos deben tener conocimiento en el uso de la tecnología reciente y la capacidad de mantenerse al día sobre los cambios y los nuevos desarrollos. Esto les permitirá adaptarse rápidamente y realizar cambios en sus procesos para seguir siendo competitivos.
En conclusión, el siglo XXI ha dado paso a su propio conjunto de demandas que requieren la adquisición de ciertas habilidades. La colaboración y la comunicación, la creación de redes, la alfabetización digital y la comprensión y el uso de las nuevas tecnologías son habilidades esenciales para que las personas sigan siendo relevantes en el entorno laboral en constante cambio. Con las habilidades adecuadas, las personas pueden mantenerse a la vanguardia y prosperar en esta nueva era.