Hay cualidades necesarias para convertirse en un guerrero según la tradición japonesa. El bushido (el camino del guerrero) se compone de ocho valores necesarios para formar el carácter marcial: la rectitud (義, Gi, “rectitud”, “rigor”, el espíritu de justicia), el coraje heroico (勇, Yū), la benevolencia y la compasión (仁, Jin, a veces también traducido como “grandeza de alma” o “generosidad”), el respeto (礼, Rei), la honestidad o la sinceridad (誠, Makoto), el honor (名誉, Meiyō), el deber y la lealtad (忠義, Chūgi) y el autocontrol.
Es un sutil equilibrio que hay que mantener simplemente porque algunos valores pueden parecer antagónicos a primera vista, como el valor heroico y el autocontrol. Estos valores, a veces confucianos, a veces taoístas, coexisten para no crear un desequilibrio en el que la virtud no pueda dominar. Así, el coraje sin autocontrol genera brutalidad, y a la inversa el autocontrol sin coraje genera cobardía. De la misma manera, la benevolencia sin el espíritu de justicia engendra ingenuidad, y el espíritu de justicia sin benevolencia conduce a la inhumanidad.
¿Cómo pueden estos valores ayudarle en tu vida diaria?
El Bushido se formalizó durante un período de relativa paz en Japón. La idea era mantener el espíritu de un guerrero en un ambiente relativamente desprovisto de hostilidad.
El espíritu del guerrero se concreta en la constancia de el trabajo o el respeto de sus compromisos con sus socios, por ejemplo.
Si se pueden extraer dos valores del guerrero, sería sobre todo valor y disciplina. Si eres capaz de encarnar estos dos valores dondequiera que estés, puedes considerarte en el camino correcto para mantener el espíritu del guerrero. Es necesario cultivar altos valores porque se reflejan en la calidad de su trabajo.
Para hacer esto, debes desarrollar un corazón de guerrero. La palabra coraje viene de la palabra “corazón”; si tienes un gran corazón, un corazón duro y generoso, ya tienes una cualidad esencial del guerrero. Para desarrollar tu corazón, puedes practicar deportes de resistencia como correr, ciclismo, boxeo o la piragua polinesia (va’a). Un corazón duradero es más importante que un cuerpo musculoso en el campo de batalla. Lo mismo ocurre con las pruebas de la vida cotidiana. Entrena tu corazón aceptando desafíos que impliquen resistencia y vigor, como proyectos largos y tediosos. Cuanto más aceptes esos desafíos, más se acercará tu mente a la de un guerrero.
Tu carácter es tu activo más preciado. Nunca lo comprometas, no importa cuánto ganes con tales compromisos. Ser capaz de mantener un carácter irreprochable, lleva su propia recompensa dentro de sí mismo. No te entristezcas por estar en condiciones desfavorables, trabaja día y noche si es necesario, con honor, coraje y disciplina sin desviarte nunca de tu rumbo.
Cuando te despliegas tal demanda de integridad, en realidad está utilizando las circunstancias desfavorables para elevarse. Estas experiencias serán la fuente de tu futuro éxito, por lo que debe explotar la incomodidad de una situación para poner a prueba tus valores y fortalecer tu carácter.
El espíritu del guerrero se trabaja diariamente, especialmente en las pequeñas victorias obtenidas. Tu vida sirve para refinar el diamante en bruto que eres. No tengas prisa, actúa con integridad, tu satisfacción sólo será mayor al final de este largo camino.
Para tomar nota: Las mujeres a menudo se enfrentan a mayores desafíos que los hombres debido a las dificultades que enfrentan en algunas sociedades. Esto explica por qué probablemente hay más mujeres guerreras que hombres.