El desarrollo personal consiste en mejorarnos a nosotros mismos y cambiar nuestra relación con el mundo. La idea es aprovechar las experiencias de otros para ahorrar tiempo en nuestro aprendizaje. El otro ya no es un enemigo o un rival, al contrario, se convierte en una fuente de conocimiento y esto, sea cual sea el individuo. No los miramos como otros, sino como un espejo de nosotros mismos. De hecho, sabemos que en otras circunstancias, podríamos haber sido este otro. Así, los defectos que detectamos ya no son objeto de juicio o condena por nuestra parte. Observamos estos defectos y los convertimos en objeto de reflexión: ¿tenemos estos defectos? Del mismo modo, las cualidades que detectamos son fuente de alegría y no de celos. Entonces nos preguntamos, ¿cómo ha desarrollado esta persona tal belleza en su carácter? Los tomamos como modelo y tratamos de emular sus cualidades. Con el tiempo, el mundo que nos rodea se convierte en un Jardín del Edén invertido en el que cada situación, cada individuo, es un árbol del conocimiento no dualista con docenas de frutos que comemos a gusto. Se invierte porque nos desprendemos de la visión de un mundo separado en dos grupos, el del bien y el del mal, sino que lo vemos como una emanación de la misma fuente. El bien y el mal ya no están separados, forman parte de un gran conjunto. Esto explica que si te encuentras criticando o simplemente juzgando a los demás, es quizás que no estás en este proceso de desarrollo personal.
Criticar es una forma de distracción: en lugar de centrar nuestra atención en nosotros mismos, preferimos mirar a otra parte. Esto nos ahorra el trabajo que suele seguir a la autocrítica. Si juzgo a los demás, no estoy haciendo nada productivo. Las reprimendas o reproches que pueda dirigir a los demás rara vez tienen un efecto motivador. Por otro lado, si me miro a mí mismo de forma crítica y no complaciente, tengo la mejor oportunidad de tomar medidas y hacer un cambio.
Por último, si no juzgas, puedes tener un impacto positivo en los demás, ya que tu cuidado y moderación pueden ser una fuente de inspiración.