No hay mejor lugar para celebrar un pequeño logro que el corazón. Esto no es un signo de narcisismo, sino sobre todo de gratitud al destino. A menudo, nuestros esfuerzos no se ven recompensados como quisiéramos, pero siempre lo son.
Puede parecer infantil no mostrar gratitud cuando recibimos bendiciones.
Siempre hay algo que celebrar
La celebración de una victoria, por humilde que sea, es como un momento de calma en una carrera. Por supuesto, uno puede seguir corriendo apasionadamente, pero la carga del esfuerzo se hace cada vez más pesada de soportar. Conviene hacer una pequeña pausa, para experimentar el placer del agua que se traga entera. Lo mismo ocurre con la carrera de la vida. No siempre tiene una meta clara para nosotros, sólo sabemos que el final es la muerte, así que las prisas pueden parecer una locura. Sin embargo, en cada etapa de nuestro viaje, podemos mantener la esperanza de progresar aunque el resultado sea inevitablemente trágico. Tanto si te miran mal como si te desprecian, siempre hay una entidad superior que está dispuesta a escuchar y que cree en ti. Dios no te abandonará, aunque lo hayas olvidado a veces: sus mensajes sólo serán inaudibles para ti en ese caso.
Cuando estornudas, el tiempo se detiene, o al menos se detiene, te conviertes en tu propio observador – justo antes del estornudo – durante un cuarto de segundo. Ser agradecido es estornudar más tiempo. Es hacer un balance, detenerse un momento en nuestro camino para saborear el trabajo que hemos hecho y contemplar el que nos queda por hacer.
Bebe estos frescos sorbos de agua a lo largo de tu viaje por la vida. Hará que su viaje sea más agradable. No mires a los que tratan de rebajarte. En cambio, inclínate ante Dios como una planta que se inclina para recibir los rayos del sol.
Celebrar es sano y conduce a la felicidad
Una victoria lleva necesariamente a otra y el resultado es una carrera interminable que nos impide vivir en la gratitud, condición necesaria para la felicidad. Ganamos cientos de pequeñas victorias cada día sin darnos cuenta. Pasan desapercibidos porque los damos por sentado. Puede ser levantarse más temprano que el día anterior, terminar una tarea importante, ayudar a un ser querido que lo necesita, etc.
La idea es volver a conectar con una visión más optimista de la vida. Cuando olvidamos estas victorias, nos sentimos como si estuviéramos en un túnel oscuro al final del cual nuestro mayor objetivo puede parecer tan lejano como inalcanzable. Si no podemos mantener la sensación de progresar cada día, podemos simplemente retroceder y olvidarnos de nuestro objetivo vital.
Por eso es esencial mantener el ánimo dividiendo un gran objetivo en hitos realistas para conseguirlo mejor.
El método SMART para tomar conciencia de las pequeñas victorias
A continuación le recordamos el método “SMART” que probablemente conozca. Cada letra significa: Específico, Medible, Alcanzable, Realista y Limitado en el tiempo.
El gran objetivo de tu vida debe definirse con este método. Lo mismo ocurre con cada uno de los hitos que definirá.
Digamos que tu objetivo es: quieres montar un negocio que te permita liberar tiempo para dedicarte a tus distintas pasiones. Este objetivo es demasiado vago. Recuerda que la precisión te ayuda a conseguir lo que buscas, igual que el punto rojo en el centro de la diana ayuda al arquero. A continuación se explica con más detalle qué significa cada letra:
Específico: Ganar X euros / dólares al mes para poder navegar / cuidar de tu familia / visitar diferentes países / tocar la guitarra, etc.
Medible: Defina criterios objetivos que le permitan decir si ha logrado o no este objetivo. Por ejemplo, aquí podría ser: los ingresos a conseguir, el número de horas trabajadas al día, el tráfico a tu página web si es importante para tu proyecto, el número de clientes, etc.
Alcanzable: Esto significa establecer un objetivo que tenga en cuenta nuestra situación actual, nuestras creencias (identidad), nuestro nivel de conocimientos y experiencia en el campo en cuestión, nuestra capacidad de aprendizaje y nuestro margen de mejora. Un objetivo demasiado ambicioso puede tener un efecto contraproducente y desmoralizarnos o, al menos, hacernos procrastinar, por lo que es importante ponerlo a nuestro alcance aunque nos suponga un pequeño reto.
Realista: Definir un objetivo que sea coherente con los recursos de que disponemos (tiempo, dinero, etc.)
Tiempo: en 18 meses, por ejemplo. La limitación de tiempo da una intensidad, un orden de batalla. Si no se establece un límite de tiempo, se corre el riesgo de ser víctima de la ley de Parkinson: el tiempo, como un gas, tiende a ocupar todo el espacio que se le da (sin límite de tiempo = tiempo infinito).
Un hito sigue exactamente el mismo paso, pero es una parte delimitada de un objetivo mayor y tiene una restricción de tiempo más corta. Una buena base para establecer objetivos eficaces es definir un objetivo diario, un objetivo semanal, un objetivo mensual, un objetivo de tres meses… 6 meses, etc. Si te gustan mucho los microhitos, podrías establecer objetivos infinitesimales (horas, etc.), sólo asegúrate de que no tengan el efecto contrario de hacerte perder la claridad y la coherencia con los objetivos más grandes. Todo esto le permitirá finalmente ver que tiene cosas que celebrar y que está en el camino correcto.