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Utiliza las faltas de la gente que conoces

La reacción más común al ver los defectos de alguien es culparlo. Nada puede ser más natural. Pero más allá de eso, ¿no hay una forma mejor? ¿Y si pudiéramos aprovechar las carencias que detectamos en los demás?

Los demás son sólo un espejo distorsionado de lo que somos

Hay una universalidad del comportamiento humano. Muy a menudo, un defecto es un mal hábito que hemos adquirido y que se convierte en parte de nuestro carácter. El defecto que observamos en alguien es, sin duda, el otro yo que podríamos haber sido si hubiéramos cedido a los mismos hábitos y sufrido las mismas influencias. Este otro que miramos debe ayudarnos a realizar una introspección sobre las mismas cualidades que creemos tener.

La necesidad de introspección

Cuando se critica a alguien, se resta energía que podría haberse utilizado para mejorar uno mismo. Las personas más sabias suelen ser las más silenciosas. Entonces, ¿por qué no critican como la mayoría de la gente? Probablemente han interiorizado la idea de que la crítica puede ser un desperdicio de energía. Cuando nos indignamos por un comportamiento, podemos utilizar esta indignación para preguntarnos si tenemos los mismos defectos. La introspección que provoca puede ser una de las razones de la mejora continua de la persona sabia. Seguir amando a las personas a pesar de sus defectos también requiere una gran cantidad de energía. Hay que distinguir al pecador del pecado, no se puede amar y rechazar a una persona a la vez.

Esforzarse por desarrollar las cualidades correspondientes

La mejor manera de luchar contra la injusticia es la justicia. La mejor manera de combatir las mentiras es decir la verdad tú mismo. Aquí no se dice que se luche contra el injusto o el mentiroso. Todos somos mentirosos o injustos en algún momento, ya sea por despiste o por ignorancia. Las personas que nos han educado han destilado la verdad y la justicia para que cambiemos. Por eso, para revolucionar el mundo, es mejor atacar el mal en su raíz y no a las personas que lo encarnan. Cambiar el mundo es cambiar lo que hay en tu corazón. Es el esfuerzo diario y silencioso por ser mejor persona, sin que nadie lo vea. Es luchar contra la agitación interior para poder sacar la alegría y proyectar un poco de luz a los demás. Todos estos esfuerzos, aunque no los veamos, afectan a la gente y podrían cambiar el mundo si todos lo hicieran. El problema es que también hay otras tantas acciones silenciosas e invisibles que pueden tener el efecto contrario. Las cosas pequeñas, egoístas o injustas que hacemos inclinan la balanza hacia el otro lado. Por eso no existe ningún acto inofensivo y todos contribuimos a nuestra manera, con nuestros pensamientos, nuestras acciones y nuestras palabras, a la armonía del mundo.

Las virtudes tienen efectos colaterales al igual que los vicios

Si muestras honestidad, iniciarás una espiral positiva que puede atraer otras cualidades, como el valor o la abnegación. Por desgracia, esta regla también es válida para los vicios. Si tiene el hábito de mentir, no es raro que también haya desarrollado defectos relacionados.

Los retos de 60 días

¿Quieres cambiar profundamente? No hay nada como proponerse un reto diario sobre uno de tus valores fundamentales durante unos dos meses (lo que dará tiempo a que el reto se convierta en un hábito). Si quieres ser más honesto, lo que podría significar no decir más mentiras, ¿por qué no te comprometes a no decir más mentiras (excepto en raras ocasiones, para las que tendrás que definir las condiciones) durante 60 días, todos los días? A continuación, aborda otra cualidad cardinal que quieres tener. Hágalo gradualmente, especialmente si tiene un defecto muy arraigado. Roma no se construyó en un día. De este modo, cada año podrás trabajar 6 valores fundamentales y podrás hacer lo mismo al año siguiente para comprobar si has conseguido mantener la calidad que trabajaste el año anterior. 6 valores ya es un número muy grande, y como se mencionó anteriormente, cada valor tiene efectos colaterales, así que si tienes 6 valores cardinales fuertes, puedes tener cientos de otros valores subyacentes como resultado.

Aquí hay una lista de valores (y sus definiciones asociadas, sugeridas por http://eduka.free.fr/education/vertushumaines/texte/listevertus.html) entre los que podría elegir. También puede añadir valores que no aparecen aquí.

Amistad

Mantener un contacto personal regular con algunas personas que ya se conocen a través de una comunidad de intereses profesionales o recreativos, nacida de la simpatía mutua, cada uno interesado en el otro y en su progreso.

Asistencia al trabajo

Hacer con diligencia lo necesario para alcanzar una madurez natural y sobrenatural, y ayudar a los demás a hacer lo mismo, tanto en el trabajo diario como en otras tareas.

Audacity

Emprender y llevar a cabo diversas acciones que pueden parecer desaconsejables, con la convicción, tras una serena reflexión sobre la realidad, con las posibilidades y riesgos que conlleva, de que se puede conseguir un auténtico bien.

Entendiendo

Reconocer la influencia de diversos factores en los sentimientos o el comportamiento; explorar el significado de cada uno de estos factores y su interacción y ayudar a los demás a hacer lo mismo; tenerlos en cuenta antes de actuar.

Fuerza

En situaciones que no son propicias para nuestra mejora, resistir a las influencias nocivas, soportar todas las dificultades y esforzarse por actuar positivamente para superar los obstáculos y emprender empresas de gran envergadura.

Generosidad

Actuar de forma alegre y desinteresada en favor de los demás, conscientes del valor de lo que les aportamos y sin considerar el esfuerzo que les supone.

Humildad

Reconocer nuestras propias insuficiencias, cualidades y habilidades y utilizarlas para el bien, sin tratar de llamar la atención o buscar el aplauso.

Justicia

Esforzarse continuamente por dar a los demás lo que les corresponde, para que puedan cumplir sus deberes y ejercer sus derechos (a la vida, a los bienes morales y culturales, a los bienes materiales), como individuos -padres, hijos, ciudadanos, profesores o dirigentes- y hacer que los demás se comporten de la misma manera.

Lealtad

Aceptar los vínculos que implican las relaciones con los demás -padres, amigos, superiores, países, instituciones- de forma que se defiendan y refuercen los valores que estos vínculos representan.

Obediencia

Aceptar las decisiones de los gobernantes, asumiéndolas como propias, siempre que no entren en conflicto con la justicia, y cumplir con prontitud lo decidido, procurando interpretar fielmente la voluntad de los gobernantes.

Optimismo

Tener una confianza razonable en las propias capacidades, en la ayuda que nos pueden prestar los demás y en sus capacidades. Ser capaz de discernir, en primer lugar, los elementos positivos y las posibilidades de mejora que ofrece cada situación y, en segundo lugar, las dificultades y los obstáculos que se interponen en esa mejora, aprovechando todo lo favorable y afrontando el resto con espíritu alegre y deportivo.

Pida

Seguir un procedimiento lógico, necesario para alcanzar los propios objetivos, en la organización de los asuntos, el uso del tiempo y la realización de las actividades, por iniciativa propia y sin necesidad de que se le recuerde.

Paciencia

Una vez conocidas o intuidas las dificultades que hay que superar o los bienes deseados que están atrasados, soportar con serenidad todos los posibles inconvenientes.

Patriotismo

Reconocer lo que un país ha dado y sigue dando. Darle el honor y el servicio que merece, defendiendo y reforzando los valores que representa, al tiempo que se comparten las nobles aspiraciones de todos los países.

Perseverancia

Una vez que nos hemos decidido, debemos utilizar los medios necesarios para alcanzar nuestro objetivo, a pesar de las dificultades internas o externas, aunque nuestra motivación se debilite con el tiempo.

Prudencia

En nuestro trabajo y en nuestras relaciones con los demás, tomar nota de la información que juzgamos a la luz de criterios correctos y verdaderos: antes de tomar una decisión, medir las consecuencias positivas y negativas, para nosotros mismos y para los demás, y luego actuar o abstenerse, ateniéndose a la decisión tomada.

Modestia

Reconocer el valor de la propia intimidad y respetar la de los demás. Proteger la propia intimidad de la mirada de los demás; rechazar lo que pueda alterarla y revelarla sólo para el bien propio o el de los demás.

Respeto a los demás

Actuar o abstenerse, según el caso, de manera que no se perjudique a sí mismo ni a los demás, sino que haga el bien según sus derechos, condición y circunstancias.

Responsabilidad

Asumir la responsabilidad de las consecuencias de los propios actos, ya sean deliberados, es decir, resultantes de una decisión tomada o aceptada (o no), de manera que los demás se beneficien al máximo o, al menos, no sufran. Al mismo tiempo, para que los demás se comporten de la misma manera.

Simplicidad

Hacer que nuestro comportamiento habitual -la forma de hablar, de vestir, de actuar- sea coherente con nuestras verdaderas intenciones, para que los demás puedan conocernos tal y como somos; siendo lo que aparentamos ser.

Sinceridad

Revelar con claridad, cuando proceda, a la persona adecuada en el momento oportuno, todo lo que hemos hecho o visto, todo lo que pensamos o sentimos sobre nuestra situación o la de los demás.

Sociabilidad

Crear y aprovechar las oportunidades para conectar con todo tipo de personas, comunicándose con éxito con cada una de ellas a través de un interés genuino por lo que son, lo que dicen, lo que hacen, lo que piensan y lo que sienten.

Flexibilidad

Adaptar puntualmente el propio comportamiento a las personas o situaciones, sin abandonar las propias normas de actuación.

Temperance

Distinguir entre lo que es razonable y lo que no lo es; utilizar los cinco sentidos, el tiempo, el dinero y los esfuerzos con moderación, de acuerdo con criterios rectos y verdaderos.

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