Tu alma emite sonidos, pequeños gritos todo el tiempo, especialmente cuando actúas en contra de lo que desea profundamente.
Escucha su voz
El alma es tu dimensión más pura. Es lo que da profundidad a lo que eres. Algunos la llamarían conciencia. Te habla todo el tiempo.
Personas sin alma
Al ser tu dimensión más sutil, el alma también es sensible a lo que haces. Si actúas demasiado tiempo de forma contraria a sus deseos, acabará por marcharse.
Zombis
Las personas sin alma son, en cierto modo, muertos vivientes. Su oscuridad les hace dañinos para los que les rodean y para el mundo. Han perdido la conexión con Dios, así que intentan devorar la energía de la gente como los zombis devoran la carne humana.
No te desvíes del camino
Para asegurarte de no equivocarte, tienes que pasar tiempo a solas. Estando solo te das cuenta de lo que te dice tu alma. Es estando solo como llegas a conocer tu alma y a hacerte amigo de ella.
De zombi a vivo
El alma puede encontrarte si eres digno. Si has hecho demasiado mal y tu alma te ha abandonado, tienes que trabajar mucho para acercarte a Dios y que tu alma vuelva a ti. Si eres sincero en tus esfuerzos, Dios te ayudará a reconectar con ella.
El contenedor y el contenido
El alma es un contenido y tu cuerpo un recipiente. Un gran vino se bebe en un vaso limpio. Lo mismo ocurre con el alma, necesita estar en sintonía con las acciones que realizan el cuerpo y la mente, de lo contrario se ensucia y acaba por marcharse.
Esto nos lleva a reflexionar sobre el concepto de la tríada oscura de la personalidad
El hombre tiene un lado luminoso y otro oscuro. La cuestión es qué lado expresamos más. La sociedad actual lucha por contener nuestras tendencias oscuras, entre las que destaca el narcisismo que prolifera con la ayuda de las redes sociales.
La tríada oscura: la personalidad malsana
Psicopatía: la propensión a ser cínico e insensible
Por desgracia, la mala leche se está convirtiendo en algo a lo que nos hemos acostumbrado demasiado. ¿Es leer o ver información negativa lo que nos hace insensibles y nos convierte en personas malvadas? ¿O es el conformismo lo que hace que nos neguemos a ver o a actuar hacia nuestros semejantes?
Narcisismo: la tendencia a darse demasiada importancia a uno mismo
El narcisismo es un mal contemporáneo que afecta a toda una parte de la población. Consiste en una admiración desmesurada por uno mismo. El problema es que, al hacerlo, se transmite desprecio y negligencia hacia los demás.
Maquiavelismo: la inclinación por la explotación y el engaño
Explotar a alguien es reducirlo a su única capacidad productiva. Es alienarlo, negar su humanidad por afán de poder. Al hacerlo, nos aislamos del resto del mundo.
Nuestro libre albedrío nos permite actuar según nuestro lado luminoso o nuestro lado oscuro en cualquier momento. Veamos los elementos que componen una personalidad sana agrupados en torno al término “tríada de luz”.
Kantianismo: la tendencia a tratar a las personas como fines y no como medios.
Esta cualidad se opone al maquiavelismo
El principal problema de las relaciones es la alienación que provocan. Las personas intentan transformarnos porque nos utilizan para su propia felicidad. Una relación sana consiste en amar a la persona por lo que es, no por lo que nos da. No somos objetos de placer ni peldaños para satisfacer la ambición de otros. Por eso, esta cualidad es la primera que nos permite volver a conectar con cierta benevolencia hacia los demás.
Fe en la humanidad: inclinación a creer en la bondad fundamental de los seres humanos.
Esta cualidad se opone a la psicopatía
Si crees que las personas son buenas, reforzarás su bondad con tus palabras, gestos o miradas. Cuando crees en la bondad de las personas, es más fácil establecer una relación sana con ellas. Por supuesto, no todas las personas son sanas, como hemos visto, algunas tienen personalidades oscuras que hay que evitar a toda costa, si no combatir. Es bueno tener fe en la humanidad, pero eso no nos quita la necesidad de discernimiento y de no caer en la trampa de la ingenuidad a riesgo de sufrir las consecuencias.
Humanismo: propensión a respetar la dignidad de cada individuo y a valorarlo como tal
Cada ser humano es único y posee una nobleza que a veces se olvida. Reconocerlo es humanismo, una cualidad que nos permite cambiar nuestra forma de mirar a las personas, incluso a las que despreciamos. Por ignorancia, por mala educación, la gente se comporta mal. Debemos integrar esto y decirnos a nosotros mismos que pueden cambiar en la otra dirección si conseguimos meterles en la cabeza las ideas adecuadas.