Estamos asistiendo al pleito de la humanidad: Cada vez más descubrimos que el ser humano es responsable de las calamidades del mundo. Entonces, pensamos ¡fuera!, Que se vaya de verdad incluso yo, entonces acabamos con el odio hacía nosotros mismos. Pero, queremos ser valientes, queremos tener ogullo de lo que somos y lo que hacemos. Por eso no deseamos suicidarnos, pensamos que podemos influir de manera positiva en el curso de la historia, a nuestro propio nivel. Sabemos que habrá que saldar nuestras deudas, y que nos debemos escarpar de eso. Sufrimos de un complejo: El de creer que los que hacen daño (hacía la tierra, hacía los seres vivientes etc.) son más fuertes que nosotros. Con tal de que podamos aguantarlos, pensamos silenciosamente. Queremos arreglar sus errores de forma muy humilde sin pensar que la mayoría de la gente actua de manera positiva ;Y que el malo lo hace, muchas veces por falta de conocimiento, por ignorancia! .No se debería reñirnos sino educarnos, saber cuales son las consecuencias de nuestros actos y como mejorarlos. ¿De qué no somos capaces ? Podemos ser tozudos, pero solo hay que serlo en el buen sentido, es decir, tozudos hacía el compromiso de actuar benevolentemente. Si logramos eso, muchos acontecimientos maravillosos pueden suceder. Y no pensarémos, eso es mío o suyo, sino que es nuestro.La obra colectiva humana, podrá ser bella o horrible, todos somos responsables, porque vivimos, entonces contribuimos en ella. Ahora, hay que restregar nuestro ojos y mirar claramente como somos y decidirnos a cambiar las cosas por algo bueno.
El rumbo al siglo 21
