La importancia de priorizar
Cuando un recurso está disponible en grandes cantidades, podemos desarrollar la tendencia a mirarlo con desdén o indiferencia. Debido a esta abundancia, podemos desarrollar un cierto despilfarro que nos lleva, entre otras cosas, a no discernir entre lo que es importante y lo que no lo es. Hay muchos recursos de los que podemos disfrutar: tiempo, dinero, energía, concentración, etc. Este texto se centra en el tiempo, pero la lógica de las ideas desarrolladas se aplica a estos otros recursos.
El problema de la abundancia es la consiguiente prodigalidad que genera. Para paliar esta dificultad, es aconsejable hacer que este recurso escasee artificialmente, a fin de restablecer una forma de medida en la vida. Si te sobra tiempo, entonces tendrás que crear un horario con actividades relacionadas con un objetivo concreto de tu vida. Este horario debe organizarse en torno a rutinas que puedan realizarse de forma casi automática y que tengan prioridad sobre todo tipo de exigencias. Cuando haces esto, vuelves a ser la prioridad de tu existencia y las distracciones externas no te distraerán de tu impulso. A medida que los días se llenan, uno se da cuenta de repente de lo valioso que es el tiempo e incluso de la energía y la concentración que conlleva.
Una vez que haya establecido una base de tareas rutinarias en las que no hará concesiones, podrá emplear su tiempo de forma más inteligente. Cuando tienes una cantidad limitada de algo, te vuelves más cuidadoso a la hora de compartirlo, y cuando lo compartes, lo haces con mayor conciencia.
