Lo que persuade es el carácter del hablante, no su idioma. Ménandre
Menandro (en griego antiguo Μένανδρος / Menandros) es un autor de cómics griego, discípulo del filósofo Teofrasto. Considerado uno de los más importantes representantes de la Nueva Comedia, trabajó en el último cuarto del siglo IV a.C.
Con esta frase Menandro nos dice que lo que somos es más fuerte que lo que decimos. Es inútil tratar de convencer a otros de cualquier idea si uno no la ha experimentado ya por sí mismo.
Esta máxima es una especie de paráfrasis de..: “Enseñamos más por lo que somos que por lo que decimos”.
El carácter es la piedra angular de una persona. Difícilmente podemos ocultar nuestra verdadera naturaleza con buenas palabras. La gente no se deja engañar. Para la mayoría de ellos, es fácil ver a través de la máscara de las palabras que decimos. No hay mejor discurso que nuestro comportamiento y carácter. A menudo las palabras tienen el propósito de engañar, mientras que simplemente observando a alguien, especialmente sus acciones, podemos tener una buena idea de quién es. El oído es engañoso, pero la vista rara vez engaña.
Por eso es esencial practicar los principios antes de predicarlos. El conocimiento que sólo es teórico es sinónimo de erudición, mientras que la experiencia proporciona los medios para adquirir el verdadero conocimiento e incluso la sabiduría. Antes de hablar, por lo tanto, hay que preguntarse si uno es digno de ser escuchado. Hoy en día, a veces nos preguntamos si no deberíamos hablar en voz alta para imponer nuestras opiniones. Ménandre nos enseña lo contrario: es mejor ser discreto, mejorar el carácter antes de pretender aconsejar a la gente. Es incluso mejor hablar sólo cuando se nos solicita. Si has logrado cosas notables en un área, la gente vendrá naturalmente a pedirte consejo. Sólo trabajando para mejorarte a ti mismo tus palabras tendrán fuerza: resonarán en los corazones y las mentes de aquellos que te escuchen.