La paciencia puede ser una de las mejores cualidades humanas, sin embargo, está subestimada, probablemente porque es silenciosa y sus frutos tardan en aparecer.
Los valores de lo inmediato vs. los valores de la certeza
“Todo llega a su tiempo para el que sabe esperar.” – François Rabelais
Lo que domina nuestras elecciones son los impulsos, la emoción y la ganancia rápida a pesar de las consecuencias a largo plazo. La sociedad de la imagen ha engendrado una generación de personas insatisfechas que no pueden esperar para ver los frutos de un trabajo prolongado. En esencia, la sociedad de la pantalla ha dado definitivamente la espalda a un valor que ha sido parte de nuestras vidas durante siglos, es decir, la paciencia. Sin paciencia, ¿habríamos podido construir templos corintios, catedrales o pirámides? Claro, las sociedades pasadas estaban lejos de ser idílicas, en parte porque las estructuras duraderas de aquellos tiempos distantes a menudo fueron el producto de trabajo servil y forzado. Sin embargo, ¿cómo podemos reintegrar la paciencia en una era que parece haber descartado definitivamente este concepto?
La paciencia todavía existe entre la élite
La paciencia todavía existe; incluso caracteriza a las élites de todos los países. La falta de paciencia es visible entre las personas comunes, y esto no es una coincidencia. Para dominar a otros, primero uno debe aprender a dominarse a sí mismo, un ejercicio largo y arduo. El autocontrol necesariamente implica desarrollar un grado de paciencia. Esta es la misma razón por la que las personas ya no leen realmente. Su relación con el tiempo es completamente diferente.
Si quieres tener éxito, desarrolla tu paciencia
Lo que sorprende al navegar por la web durante unas horas es la abundancia de videos que venden una manera rápida de convertirse en millonario. Estos mensajes apelan a nuestra inclinación natural hacia la pereza y los atajos. Son efectivos porque nos dicen lo que queremos escuchar en lugar de la dura verdad de que cualquier cosa de valor lleva tiempo construirse.
Antes de tener, hay que ser; antes de ser, hay que hacer
Nos convertimos en lo que hacemos, y obtenemos lo que somos.
Internet cortocircuita el ser y pretende que se puede tener haciendo sin ser.
Para cambiar nuestros pensamientos, hábitos, valores, en resumen, nuestro ser, se necesita mucho tiempo. Es porque tenemos la paciencia de hacer las cosas correctas durante mucho tiempo que somos capaces de cambiar nuestro ser y así lograr el tener correspondiente. Un ejemplo trivial pero muy elocuente concierne a los médicos. Estos estudian muchos años en la sombra, ganando casi nada. Luego, después de unos diez años, se gradúan y comienzan a ejercer una profesión que les reporta mucho dinero. Los años de estudio son el período necesario para su transformación. Tuvieron que actuar como médicos antes de convertirse en médicos y obtener el estatus correspondiente. Para ser médico hay que ser paciente (juego de palabras intencionado), y esto se aplica a todos los proyectos de vida.
¿Cómo desarrollar la paciencia?
La paciencia está íntimamente ligada a la idea de la gratificación diferida. Si eres capaz de entrenarte diariamente para no disfrutar de todo todo el tiempo y así esperar la recompensa de tus acciones, podrás desarrollar tu paciencia.
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