Ya sea que la llamemos confianza, felicidad, bienestar o serenidad, lo que realmente estamos refiriendo es a una cierta noción de energía. Cuanto más felices somos, más tendemos a movernos hacia esferas de alta energía. En su libro “Poder contra fuerza”, David R. Hawkins explica esto. Incluso detalla precisamente la jerarquización de las emociones.
Nuestras elecciones están condicionadas por esta búsqueda de energía
Una gran parte de nuestras elecciones está, de hecho, dirigida a aumentar nuestra energía. Dado que tenemos varias capas físicas, intentamos a su vez nutrir estas, dependiendo de nuestra conciencia de cada una. El primer nivel, el más obvio, es el cuerpo físico. Al comer o descansar, por ejemplo, ayudamos a fortalecer nuestro cuerpo físico. Luego, hay otros niveles que se vuelven cada vez más sutiles. El siguiente es el cuerpo astral o emocional, que es el asiento de las emociones y se caracteriza por el movimiento. Después está el cuerpo mental, el asiento del pensamiento, y finalmente, el cuerpo causal o espiritual, que es el reino de la intuición. Siempre estamos buscando fortalecer uno de estos cuatro cuerpos.
Amigos
Una manera bastante efectiva de nutrir nuestro cuerpo emocional es mantener amistades. Estas están caracterizadas por el movimiento de las emociones, lo que nos da la oportunidad de experimentar emociones positivas con más frecuencia.
La búsqueda intelectual
La erudición o el desarrollo continuo de nuestras habilidades cognitivas son formas de nutrir nuestro cuerpo mental. Esta búsqueda proporciona cierta felicidad, pero tiene sus límites, y es lamentable que los intelectuales de nuestro tiempo a menudo estén confinados a esta etapa y no hayan logrado visualizar una forma aún más sutil de alcanzar la energía y la felicidad.
Mana
Las sociedades polinesias han definido el concepto de mana, que posteriormente ha sido adoptado en la cultura popular, particularmente en los videojuegos. Se refiere a una forma de prestigio asociado con el cuerpo espiritual. Alguien con un alto nivel de mana habrá realizado actos nobles, especialmente a través de hazañas que requieren un alto grado de coraje, así aumentando su cuerpo espiritual. Los sabios iluminados también tienen un alto grado de mana, pero sus logros pertenecen a los reinos de los mundos interiores. Las personas que tienen un alto grado de desarrollo espiritual generalmente son las más felices, ya que esta felicidad toca la dimensión más sutil de su ser, es decir, su alma.
