Hay cosas que son intemporales y otras que, por el contrario, cambian con cada generación. Por eso es inútil, e incluso peligroso, confiar ciegamente en los mayores para tomar todas nuestras decisiones de vida.
La visión de las generaciones que nos preceden cambia, pero nunca tan rápido como el mundo en el que vivimos.
Aunque la psicología humana y las leyes de la física o la biología pertenecen a lo inmutable, otros campos cambian profundamente con cada generación. Esto explica por qué los mecanismos que estructuran una sociedad pueden volverse difíciles de comprender, especialmente cuando uno no ha vivido estos cambios en su propia piel, como suele ser el caso de las generaciones mayores. Por ello, puede ser arriesgado tomar la opinión de quienes son mucho mayores como brújula para afrontar problemas nuevos. No todos los ámbitos sufren este desfase, así que es esencial saber cuándo escuchar a los padres… y cuándo es mejor hacerse el sordo.
La tecnología
El mundo cambia rápido, sobre todo debido al impacto de la tecnología en nuestras vidas. Tiene interconexiones complejas que son difíciles de comprender si uno no es contemporáneo de sus usos o no trabaja en ese sector. Por eso muchas personas tienen dificultades para entender las implicaciones de estas nuevas herramientas. A menudo un niño o un adolescente entiende mucho mejor el mundo virtual y las dinámicas de poder que implica la tecnología. La relación entre el mundo real y el virtual cambia de una generación a otra.
Podría decirse que lo virtual cobra cada vez más importancia, hasta el punto de volver la vida real secundaria o incluso opcional. El caso de los hikikomori japoneses, aunque sea caricaturesco, muestra cómo la vida social puede replegarse totalmente en la virtualidad cuando el mundo real parece demasiado hostil. La tecnología se convierte así en refugio y trampa, especialmente cuando la identidad virtual es comparada, examinada o idealizada constantemente.
La psicología
Si nos fijamos en obras milenarias (la Ilíada, el Bhagavad Gita o los relatos bíblicos), vemos rápidamente que la psicología humana ha cambiado muy poco. Los seres humanos siguen movidos por las mismas fuerzas: pasiones, luchas de poder, deseos de conquista, etc. Estas dinámicas influyen profundamente en su relación con el mundo. Aunque la humanidad evoluciona con los siglos, su biología y psicología siguen siendo en esencia las mismas. Hace falta contar en decenas de miles de años para observar cambios significativos. Por eso los consejos de los mayores sobre psicología o relaciones humanas siguen siendo pertinentes hoy, especialmente en ámbitos como la seducción.
La historia: apréndela de quienes la vivieron
Si hay un ámbito en el que la experiencia de los mayores tiene gran valor, es la historia, porque ellos la vivieron. Es cierto que la memoria puede ser imperfecta, pero siempre es posible comparar los relatos personales con la historia oficial y detectar contradicciones o matices nuevos.
Pensar el trabajo: cambia en cada generación
Si crees que debes escuchar a tus padres para tener éxito (suponiendo que ellos mismos lo hayan logrado), solo tienes razón a medias. ¿Por qué? Porque el éxito profesional puede definirse como la combinación entre la adquisición de competencias y las necesidades del mercado.
Si bien los principios del aprendizaje son relativamente estables entre generaciones, las herramientas y el mercado laboral cambian enormemente. Los padres pueden dar buenos consejos en la juventud, sobre todo en lo relativo a adquirir buenos hábitos de trabajo. Pero más adelante suelen carecer de respuestas para los nuevos desafíos laborales.
Un joven adulto no sabe necesariamente más sobre el futuro que sus padres, pero suele estar menos atrapado en paradigmas del pasado. Esto puede ser una ventaja cuando se trata de pensar con flexibilidad y adaptarse a los cambios de su época.
La familia: cambia porque el mundo cambia
Aunque la familia sigue siendo una estructura estable que ofrece seguridad y sentido, cada vez es más difícil formarla, porque las condiciones necesarias para que nazca y prospere son inciertas. Los salarios actuales y el precio de la vivienda hacen difícil iniciar un hogar, incluso cuando ambos padres trabajan. Las circunstancias modernas prácticamente obligan al doble ingreso, pero esta doble ocupación complica la organización cotidiana de la vida familiar.
El sentido de la vida: los muy ancianos deberían ser tus guías
Al final de su vida, las personas suelen arrepentirse de las mismas cosas: no pasar suficiente tiempo con sus seres queridos, trabajar demasiado, pensar demasiado en el dinero, etc. Estas reflexiones deberían ayudar a los más jóvenes a orientar su propia vida.
Constantemente se nos empuja a trabajar más, a alejarnos de nuestra familia y a preocuparnos por el futuro. Nuestras vidas quedan atrapadas por el miedo o la ambición desmedida. Vivir el presente podría significar centrarse en lo más humano: las alegrías simples pero profundas, el tiempo compartido con quienes queremos.
Escuchar a los ancianos sobre la dirección que dar a la vida es esencial: al fin y al cabo, ellos han recorrido todo el camino. Saben qué decepciones nos esperan, qué arrepentimientos duelen más y qué malas decisiones deben evitarse. Es cierto que esto ignora el sesgo del superviviente: muchos que murieron antes pudieron haber sido más felices. Aun así, quienes han vivido mucho tiempo pueden enseñarnos hábitos valiosos que contribuyen a una vida más serena.
Incluso si no cambia lo que quieres hacer, siempre es útil saber lo que quieres evitar. Escuchar los arrepentimientos de las personas mayores puede ayudarte a comprender qué debes evitar en tu propia vida.
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Gracias! 🫶🏽