Un mundo en crisis necesita nuevas ideas para sostenerse. Varios cambios importantes afectan a nuestra vida cotidiana, y sólo cuando el pensamiento abstracto se encuentra con la materialidad podemos experimentar la solidez de una idea. Cuando pensamos en el mundo de hoy, podemos sentirnos atenazados por un frío temor a los desafíos que tendremos que afrontar, pero también podemos ver estos problemas como grandes oportunidades. La resolución de problemas no es sólo cosa de los científicos, sino que es cosa de todos, tanto si intentamos hacer del mundo un lugar mejor a nuestro nivel como si hacemos de la innovación, ya sea práctica, social o no convencional, la piedra angular de nuestras vidas.
Las nuevas ideas están en todas partes y en ninguna. La vida es un eterno recomenzar para aquellos que ponen las innovaciones en perspectiva y las miran a través del lente de la historia. Cambiar la vida, cambiar el mundo es a menudo el resultado de mejoras incrementales: no se revoluciona un mundo de repente, sino que cambia lenta pero seguramente de tal manera que parece inmóvil si se toma una escala de tiempo reducida. Sin embargo, hay innovaciones que desempeñan un papel importante en la forma en que nos proyectamos en el espacio y el tiempo. Antes de que una idea tome forma física, germina durante muchos años en una especie de inconsciente colectivo antes de que uno o varios individuos la aprovechen.
La idea es la base de la civilización, sin idea no hay progreso y sin progreso perdemos el sentido de la historia. La búsqueda de ideas es el pilar de una sociedad. Hoy en día no existe esta profesión. Sin embargo, en el futuro habrá millones de buscadores de ideas y de conceptos. Tienen la forma de escritores, filósofos, ingenieros, ensayistas y artistas de todo tipo. Un término ya hecho para esta nueva profesión sería ideazethete (griego antiguo ἰδέα idea (“forma visible, aspecto”) y διώκω zêtéô (“perseguir”), δίζημαι (“buscar”) originalmente).
Un ideazet sería alguien cuya existencia se orienta únicamente a la búsqueda de ideas para ponerlas al servicio de la comunidad o para reservar sus beneficios a un grupo más reducido (empresas, etc.). Por nuestra vida, nuestro trabajo, nuestra vida cotidiana que nos expone a nuevos problemas, todos somos ideazetes en potencia.
Más gente significa más problemas, pero también más cerebros para resolverlos.