El odio, al igual que el miedo, opaca el brillo de una persona. La vida nos enfrenta a las tinieblas del corazón, que no siempre son fáciles de afrontar. No ser conscientes de este odio que nos “echan en cara” nos lleva a sufrirlo y finalmente a dejar que penetre en nuestra alma. Esta es la trampa a la que…
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