Categories: Excelencia personal

¿Qué es una vida de éxito?

Para muchos de nosotros, una vida de éxito consiste en subir uno a uno los escalones de la pirámide de Maslow. La seguridad física es sustituida por la seguridad material, que a su vez es sustituida por la seguridad emocional y así sucesivamente.

¿Qué hacemos cuando nos atascamos en uno de estos pasos? ¿Estamos condenados a pensar en el amargo hecho de no haber podido hacerlo mejor?

¿Qué ocurre cuando nuestro estancamiento queda al descubierto por las comparaciones, empezando por el dinero?

Vivir con poco dinero y convertirlo en un principio de vida no es fácil. La frugalidad, que es la base de las disciplinas espirituales, se opone directamente a la presión del éxito material que acapara nuestras mentes.
Del mismo modo, ¿podemos estar contentos de vivir con poco en sociedades en las que la ausencia de dinero te priva de acceder a prestaciones vitales (atención médica, etc.)?

Tener éxito en la vida es ya una expresión que puede sesgar nuestro enfoque. Implica que hay que ganarse algo, tal vez implicando honores, dinero y tantas otras cosas.
Por qué no aspirar simplemente a vivir la vida de la mejor manera posible. Al querer contarlo todo, podemos estar perdiendo lo que nos hace humanos, es decir, nuestra capacidad de amar y sentir. Cuando estamos en un estado contemplativo y alegre, dejamos de compararnos y vivimos el momento.
Sin embargo, no podemos vivir plena y felizmente si en el fondo escondemos una ansiedad ligada a la inseguridad, ya sea material, emocional o física.
La pirámide de necesidades de Maslow nos ayuda a entender que hay un cierto orden a seguir en la vida. Sin embargo, este enfoque nos lleva a creer que primero debemos satisfacer las necesidades inferiores antes de poder abordar las situadas en un nivel superior.

Todos tenemos la capacidad de trascender estos niveles e incluso aspirar a hacerlo, independientemente del lugar que ocupemos en la pirámide. Mantener un gran sueño en mente y creer en él a pesar de las circunstancias no debería ser una prerrogativa de los ricos. Es cierto que la realidad o nuestro entorno muchas veces nos alcanza y acabamos conformándonos con una vida precaria o incluso miserable porque creemos que no merecemos algo mejor. A veces es necesario hacer añicos las pirámides y otras escalas sociales. Soñar debe ser accesible para todos. La resignación o el fatalismo deberían estar prohibidos en nuestra mente. Tener éxito en la vida puede ser tan sencillo como creer en un ideal y trabajar por él hasta el último aliento, a pesar de los obstáculos que se interpongan en el camino.

Edward

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