Hay dos maneras de vivir: en Dios o sólo por Dios. Todos vivimos por Dios que gobierna las leyes del cosmos. Sin embargo, somos pocos los que vivimos en Dios. Nuestra atención se desvía a menudo hacia entidades más tangibles que, en última instancia, consiguen dirigir nuestra existencia en una dirección totalmente diferente. El desarrollo de nuestra conciencia de Dios…
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