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Encuentre su lugar en la economía sumergida

Las civilizaciones se construyeron gracias a las clases ociosas, aquellas que estaban exentas del trabajo duro. Científicos, filósofos, matemáticos, dramaturgos y otros poetas hicieron germinar la civilización porque pertenecían a una clase mayoritariamente privilegiada y, por tanto, ociosa. ¿Y si el mundo de mañana nos diera más oportunidades de vivir como un ciudadano ateniense del siglo V a.C. (miembros de la clase privilegiada)?

Los nuevos paradigmas sociales

El empleo será cada vez más escaso en los próximos años. La destrucción creativa ya no creará. Las nuevas necesidades del mercado exigirán mucha más formación y voluntad de transición. Una mayor parte de la humanidad vivirá de la limosna organizada: los excedentes de productividad se repartirán entre los miembros de esta nueva clase de proletarios, porque no son del todo proletarios. El empleo será escaso, pero el trabajo (no remunerado) siempre existirá y siempre será necesario para crear vínculos sociales entre generaciones y dentro de las familias. ¿Cómo pensar entonces en un mundo sin trabajo, en qué tipo de hombre debemos aspirar a convertirnos?

El trabajo se había convertido en nuestro opio

En su libro Un mundo sin trabajo, Daniel Susskind explica que cuando Max hablaba de la religión como el opio del pueblo, no se refería a que hubiera sido creada por las élites para oprimir al pueblo, sino a que se había popularizado porque ocupaba la vida de la gente como una droga. Si observamos en qué se ha convertido el trabajo hoy en día, en realidad desempeña el papel de este nuevo opio: mucho más que un medio de vida, es lo que nos mantiene ocupados y da sentido a nuestras vidas.

Hoy la dificultad es encontrar un nuevo opio

A medida que el empleo desaparece gradualmente, el hombre pierde su opio diario, su distracción temporal. ¿Veremos un retorno de la religión por todo ello? El futuro lo dirá.

Sé un actor en tu civilización

Puesto que la civilización la construyeron los miembros ociosos de las sociedades, tú, a tu vez, puedes asumir el papel de contribuyente a la civilización, ya que la pereza estará al alcance de más gente. Probablemente serás una gota en el cubo de la civilización. ¿Cuál será su contribución a los gigantes tecnológicos? Será difícil de estimar porque la civilización se volverá más tecnológica y no será evidente cuál será nuestra contribución, la de los pequeños.

Edward

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