Categories: Reflexión

¿Cuántas entradas dura una vida?

A veces nos gustaría ir y aislarnos en una cabaña en una isla desierta. La vida actúa como un maestro para nosotros, y estamos cansados de descubrir que estamos olvidando las lecciones que nos ha enseñado una y otra vez.

¿Qué haríamos si nos hubiéramos librado por poco de un sangriento tiroteo?
¿Estaríamos tentados de llevar la misma vida que antes, o nos atreveríamos a dejarnos arrastrar por la ola provocada por este terremoto existencial? Creemos que la vida es lineal, cuando en realidad sigue su curso como el agua que fluye desordenadamente por un pico helado.
Es tentador negarse a escapar del corral mental que hemos creado para nosotros mismos a través de nuestro condicionamiento. Sin embargo, para vivir plenamente, a menudo tenemos que quitarnos el turbante dorado que tanto apreciamos y que, sin embargo, oculta nuestra visión de lo evidente. Las sucesivas realizaciones que cambian nuestra visión del mundo y puntúan nuestra vida, limitan las mangas.
No es necesario recurrir a un comisario para que nos obligue a cumplir la prisión que nosotros mismos hemos creado. Podría haber una inundación, ni siquiera sería seguro que quisiéramos buscar la llave.
Para escapar, hay que tener el valor de idealizar la salida, si no, ¿de qué sirve intentarlo? Si crees que escapar es como ir de luna de miel, entonces estás dispuesto a hacer todo lo posible para conseguirlo.
En la cancha de tenis de la vida, realmente no sabemos contra quién estamos jugando. ¿Hay alguien frente a nosotros o es un reflejo distorsionado de nosotros mismos?
Cada momento de epifanía marca un punto de inflexión en la vida, aunque nos quedemos estancados en una etapa sin encontrar nunca la clave que nos lleve al siguiente nivel. Para evolucionar, debemos saber sacrificar un poco de lo que hemos sido. Si un delfín quisiera convertirse en un reptil, tendría que renunciar a su capacidad de nadar. A veces te sientes cómodo donde estás, no intentas seguir añadiendo más entradas a lo que puede parecer un juego interminable. La tortuga no se encuentra en la fase más avanzada de lo que podría llamarse evolución, pero su propia existencia es rica en sabiduría.

Edward

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