La búsqueda frenética e incontrolada de satisfacer nuestro deseo sexual de cualquier manera es más una cuestión de vacío existencial y espiritual que de simple libido. La lujuria ocupa toda nuestra cultura de masas, está sobre todo presente en las series y la publicidad. Este hedonismo se ha elevado a arte de vivir, salvo que al hacerlo nos ha distraído…
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