Los límites de la zona de confort son un tema común en el desarrollo personal. Sus orígenes probablemente se remontan al arco narrativo del héroe, que emprende un viaje hacia una profunda transformación. Si bien este recurso narrativo ayuda a hacer que una historia sea cautivadora, no es necesariamente el medio más efectivo para lograr un cambio profundo.
Las trampas de la mentalidad de expansión de la zona de confort
Si la extensión de la zona de confort tiene límites, es porque no siempre permite reprogramar el cerebro para lograr la transformación deseada. Aunque la capacidad de enfrentar nuestros miedos puede ser beneficiosa, puede que no sea la brújula que nos guía de forma consistente. Déjame explicarlo. Imagina que tienes miedo de la guerra y de los conflictos armados en general. ¿Deberías participar en ellos solo para eliminar ese miedo? Esto parece absurdo, sin embargo, muchas decisiones basadas en la intención de salir de la zona de confort operan bajo esta lógica.
Casos que funcionan
Mi argumento no es un rechazo absoluto de esta práctica, que se ha convertido en una ideología, porque existen casos que realmente funcionan. Sin embargo, estos a menudo están relacionados con factores externos a esta filosofía de vida. Por ejemplo, las personas que viajan o cambian radicalmente de entorno para sentirse cómodas con el desconcierto. Viajar, en mi opinión, es una forma de cambiar las reglas del juego, ya que te permite alterar profundamente tu entorno y tus hábitos. Alguien que se muda a otro país enfrenta un número inmedible e irreversible de cambios: idioma, ritmo de vida, mentalidades, etc. Esta exposición repentina provoca una alteración que puede modificar profundamente nuestras costumbres de vida, ya que la rutina diaria influye significativamente en nuestra existencia. Por eso, considero que este es un caso interesante en el que salir de la zona de confort puede ser genuinamente transformador, aunque no siempre de manera positiva. Aparte de este caso, sugeriría tratar la expansión de la zona de confort como una filosofía práctica secundaria que se practique ocasionalmente para ganar confianza en diversos aspectos de la vida.
El verdadero cambio viene de nuevos hábitos
Cambiar hábitos es un desafío porque estamos atrapados en una inercia que es lenta de desviar, parecido a un barco de cientos de miles de toneladas que avanza directo hacia un iceberg. Para alterar esta trayectoria, a veces es necesario desacelerar o incluso detenerse antes de poder tomar una nueva dirección.
Combinar hábitos y desafíos diarios
En mi opinión, un hábito es una acción realizada con regularidad constante que se puede llevar a cabo sin fricción o duda. Lo ideal es establecer hábitos diarios, ya que estos pueden remodelar genuinamente tu cerebro. Junto con el establecimiento de nuevos hábitos, es fundamental plantear desafíos basados en los cuatro temas de la existencia: cuerpo, inteligencia, emociones y espiritualidad. Si deseas una descomposición más refinada, podrías seguir la tipología propuesta por Howard Gardner, quien conceptualizó la noción de inteligencias múltiples: intrapersonal, interpersonal, visuoespacial, matemática, lingüística, existencial (espiritual), cinestésica, musical y naturalista. Luego, podrías dividir tu año en estaciones dedicadas a cada uno de estos aspectos, encontrando una serie de desafíos para cada tema para sentirte más cómodo con el asunto. Estos desafíos limitados en el tiempo no pueden considerarse verdaderos hábitos, ya que los reemplazarás por otros después de un período determinado.
Ejemplos de desafíos
Aquí tienes ejemplos de desafíos para inspirarte:
Inteligencia intrapersonal
Inteligencia interpersonal
Inteligencia lingüística
Inteligencia cinestésica
Inteligencia visuoespacial
Inteligencia matemática
Inteligencia naturalista
Inteligencia existencial (espiritual)
Inteligencia musical
Sin embargo, entiendes que si deseas profundizar en un tema y no solo desafiarte, transformar esta búsqueda de incomodidad en un hábito concreto es esencial para poder dedicar suficiente tiempo a convertirte en mejor que los demás.
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