Algunas lecciones de observar a los que lo hacen mejor que otros
Cómo convertirse en una parte esencial de un equipo La selección inicial de los miembros del equipo es el factor más importante para el éxito de un equipo. Después de esta etapa, hay un elemento esencial para convertirse en un grupo que supera a todos los demás. La mentalidad adecuada es el segundo aspecto más importante para marcar la diferencia. ¿Cuáles son sus características?
Un equipo ganador cultiva características contradictorias para triunfar. La primera es que estás comprometido con tu equipo y de alguna manera estás dispuesto a morir en el campo por ellos. La segunda característica es que tienes la firme convicción de que tus esfuerzos personales marcarán la diferencia. Es lo contrario de pensar que se puede confiar en el resto del grupo. Si cada individuo cree que su compromiso y su trabajo duro marcan la diferencia para el grupo, de hecho tienes un equipo que desprende una fuerza monumental. Esto es en sí mismo paradójico: para que un grupo tenga éxito, hay que utilizar una palanca psicológica individualista o incluso narcisista.
Las leyes de la causalidad son implacables: una determinada acción provoca una determinada consecuencia. Lo mismo ocurre con los que buscan la victoria: hay que desarrollar un cierto estado de ánimo que podría asociarse a la determinación.
Otra paradoja es la de buscar un resultado concreto. Alcanzar un objetivo a menudo consiste en cambiar nuestro ser. Sólo cuando cambiamos nuestro ser podemos alcanzar el objetivo correspondiente. Si quieres sobresalir tocando la guitarra, es mucho más efectivo desarrollar el hábito de practicar todos los días en lugar de sólo visualizarte actuando en el escenario.
Los que dominan su disciplina han desarrollado la capacidad de distinguir lo esencial de lo accesorio. Esta capacidad les resulta muy útil porque les permite asignar sus recursos de forma óptima, es decir, centrar su atención y energía en lo que es importante y descuidar el resto. Este discernimiento es también una forma de poder descansar adecuadamente e incluso de mostrar una actitud despreocupada la mayor parte del tiempo.
Lo que sorprende de los campeones es la sencillez con la que se acercan al mundo. Como sus mentes están centradas en su arte, no tienen tiempo para pensar en su ombligo. Por lo general, se acercan al mundo sin ego. Los que son “cabezones” no rinden a largo plazo. Esta falta de esnobismo no les impide ser distantes e incluso parecer desconectados de los demás en ocasiones.
Como eligen vivir desde la perspectiva de la sencillez, obviamente se niegan a ser dramáticos o a dejarse llevar por las emociones negativas. Son capaces de controlar sus emociones. Es esta habilidad la que les da una ventaja sobre la mayoría de la gente.
La memoria no es infalible. Llevar un pequeño cuaderno de notas siempre es una buena idea si no quieres perder las mejores ideas que se te ocurren durante el día. Es en los detalles donde se marca la diferencia, por lo que es más que necesario acostumbrarse a anotar todas aquellas cosas que podrían ayudarte a ser un 1% mejor cada día. Por supuesto, puedes anotar estas ideas en tu teléfono móvil, pero escribirlas a mano es un plus que te ayudará a recordar lo que escribes.
Un bebé aprende a caminar cayéndose. Un adulto aprende a mejorar cometiendo errores. Pero no tienes que cometer estos errores tú mismo, ¡puedes aprender de los demás! Sin embargo, a veces tenemos que cometer el error nosotros mismos para entenderlo y aprender de él.
Para ganar, hay que ser capaz de liberarse de ciertos grilletes. Esto significa diseñar tu vida inspirándote en los demás, pero dejando que tu propia personalidad se exprese, como un pintor que reproduce en el lienzo una naturaleza marcada por su ojo y su pincelada.
Ser eficiente podría resumirse en aprovechar mejor nuestro tiempo, energía y atención. Para empezar, tenemos los tres recursos en cantidades más o menos iguales. La vida nos roba estos recursos en mayor o menor medida si no tenemos cuidado. Para mantener estos tres recursos intactos, tienes que hacer deliberadamente dos cosas cada día: simplificar y eliminar. Si consigues que esto se convierta en un hábito, podrás preservar al máximo estos tres elementos.
Puedes distinguir a un buen artesano por sus herramientas. Lo mismo ocurre con los deportistas de alto nivel, los empleados o los empresarios que destacan en su campo. Tus herramientas son una extensión de lo que eres cuando estás en el trabajo. Un futbolista sin tacos en un campo de fútbol no es realmente un futbolista, por lo que debemos cuidar los objetos que nos permiten expresar nuestro arte tanto como nuestro cuerpo.
Eres más que un cuerpo, una habilidad o incluso un espíritu. Eres una estrella del cielo que se ha encarnado para una vida en la tierra. De ti depende que tu verdadera naturaleza celestial vuelva a brillar. Para ello, pon tu corazón y tu alma en todo lo que hagas. Con el tiempo, tendrás el poder de convertir en oro lo que toques, sólo hace falta un poco de paciencia y un poco de persistencia.
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