Mejorar es correr contra uno mismo. El mundo es tal que nuestro foco de atención está constantemente distraído por lo que hacen los demás, lo que puede llevarnos a dejar de hacer el esfuerzo necesario para superarnos cada día. La comparación es buena, pero debe utilizarse con moderación. Imagina a un corredor del Tour de Francia que siempre está ocupado mirando a sus competidores, girando la cabeza a veces a la izquierda, a veces a la derecha, a veces por detrás, a veces por delante. ¿Realmente crees que llegaría muy lejos? Desde luego que no. Tiene que gestionar sus propios esfuerzos en función de su condición física y de las tácticas que ha elaborado con su entrenador. Debe apoyar a sus compañeros y, si es necesario, aumentar su velocidad o proteger a sus compañeros del viento tomando la delantera.

En realidad, una competición ciclista como el Tour de Francia se parece un poco a la vida: hay que trabajar duro para llegar primero, no necesariamente para brillar en cada etapa. El ciclismo es un deporte interesante por su carácter solitario, pero también da lugar a estrategias de grupo, ya que las carreras pueden organizarse en equipos.

Para sobresalir, primero debes centrarte en ti mismo e ignorar lo que ocurre a tu alrededor durante un tiempo. Aislarse durante un tiempo para conocerse mejor y saber lo que realmente se quiere es esencial para tomar decisiones. De lo contrario, corremos el riesgo de ir por un camino que no es el nuestro simplemente para hacer lo que hacen los demás.

Mejorarse a sí mismo es saber cuáles son nuestros límites y tratar de superarlos a diario. Afrontar nuestros miedos, hacerlo mejor que el día anterior y vivir en coherencia con los valores que hemos definido. Una vez que sabemos lo que queremos, podemos empezar a encontrar inspiración en quienes destacan en un campo sin caer nunca en la tentación de querer ser exactamente igual, es imposible. La mejor manera de ser excelente es dejarse expresar sin una fuente, y para ello hay que tener el valor de no distraerse con los proyectos de los demás.

Edward

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