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Contemos nuestras bendiciones

Las circunstancias desfavorables de la vida nos llevan a ver el vaso medio vacío, aunque nuestras bendiciones a menudo superan a nuestras desgracias. Simplemente tenemos que abrir los ojos o mirar en el lugar adecuado. El cerebro está programado para adaptarse a situaciones buenas y malas por igual. Esta facultad de habituación es a veces lamentable, ya que nos lleva a dar por sentado lo que no damos por sentado y a descuidar así lo más valioso para nosotros. La pandemia ha sembrado la tristeza en muchos corazones. Las consecuencias pueden ser brutales. Sin embargo, debemos aprender a apreciar de nuevo lo que hemos dejado atrás. Aunque la situación parezca desesperada, siempre hay algo positivo a lo que aferrarse. Tenemos que volver a aprender a mirar la vida con buenos ojos a pesar de estas circunstancias. Nuestra salvación en estos tiempos difíciles reside en la capacidad de cultivar la gratitud en nuestros corazones para poder volver a ver los rayos de sol que atraviesan las oscuras nubes de la existencia.

Los días difíciles nos hacen más humildes y nos obligan a apreciar lo que ya no miramos. Añorar la vida anterior sólo puede conducir a la angustia y la frustración. Podemos elegir ser felices ahora mismo, ignorando las exaltaciones del pasado. Entonces podríamos simplemente enumerar aquellas bendiciones que disfrutamos hoy cuando no son eternas. He aquí una lista no exhaustiva de preguntas que pueden hacernos conscientes de lo afortunados que somos si respondemos afirmativamente:
¿Estoy sano?
¿Están mis seres queridos sanos?
¿Estoy comiendo lo suficiente?
¿Está mi país en paz?
¿Tengo un techo cuando me voy a dormir por la noche?
¿Puedo acceder al conocimiento y la educación, especialmente a través de Internet?
¿Puedo hablar por teléfono o por videoconferencia con personas a las que respeto?
¿Tengo tiempo para reflexionar sobre mi vida para ver cómo puedo mejorarla?
¿Tengo familia y amigos a mi alrededor?
¿Tengo energía para hacer cosas nuevas?
¿Puedo trabajar en cualquier dimensión de mi vida, ya sea intelectual, emocional o física?

Edward

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