Hay dos maneras de emprender un negocio. Una es entrar tímidamente, la otra es apostarlo todo. ¿Cuál es la tuya? No hay un espectro, es blanco o negro, todo o nada. Jugar en tu propia piel te permite unirte a tu causa y sacar a relucir un ingenio renovado que no sabías que tenías. Imagina dos generales: uno dirige sus…
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