Ser sensible a la belleza externa, ya sea expresada en la arquitectura, la poesía o la armonía física en general, parece ser un indicador de nuestra presencia en el mundo. Apreciar la belleza es simplemente encontrar una conexión entre nuestro mundo interior y lo que nos rodea. Estos dos hemisferios entran en resonancia. Así, para ser receptivos a la belleza…
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