La experiencia demuestra que nos cuesta separarnos de la nación que nos dio a luz. Este patriotismo natural de alguna manera nos impide ponernos en los zapatos de los demás, ya que asumimos que nuestra nación es la mejor. Por supuesto, a veces podemos ser críticos e incluso amargados con esta entidad intangible, pero siempre somos críticos con la idea…
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